MIAMI (EEUU).- Tramos financiados con fondos privados del muro que el presidente Donald Trump quiere levantar en la frontera con México están en peligro de derrumbe debido a la erosión que sufren desde que fueron levantados hace apenas unos meses en la rivera del río Grande, también conocido como río Bravo.
Un reporte, encargado por el Centro Nacional de Mariposas como parte de una denuncia que busca evitar que se construya el muro fronterizo, apunta que las 3 millas (5 kilómetros) de muro están en una situación delicada.
Los ingenieros indicaron que la erosión que sufre la infraestructura se debe a la cercanía del agua y el tipo de suelo existente en la rivera del río, recoge el reporte, publicado este miércoles por el medio de investigación ProPública y el Texas Tribune.
En el pasado, el propio Gobierno ha construido sus secciones de la valla fronteriza lejos del cauce del río para evitar, en parte, lo que está ocurriendo con este tramo privado, que comenzó a levantarse en mayo del 2019.
Y ahora, según los expertos, podría derrumbarse si no se toman medidas para corregir las fallas detectadas y realizar un correcto mantenimiento.
El tramo se levantó con donativos que forman parte del proyecto liderado, entre otros, por Steve Bannon, el exasesor del presidente Donald Trump y estratega político de formaciones de extrema derecha, que fue acusado hace dos semanas de defraudar cientos de miles de dólares a personas que dieron dinero para la construcción del muro en la frontera con México.
Bannon fue acusado de orquestar una trama junto a otros tres individuos para desviar dinero recaudado en el marco de la campaña privada «We Build the Wall» («Nosotros construimos el muro», en inglés), que obtuvo más de 25 millones de dólares.
Además de levantar este segmento «We Build the Wall», la empresa Fisher Sand & Gravel ha recibido contratos del Gobierno federal por cerca de 2,000 millones de dólares para construir otros tramos a lo largo de la frontera sur de EEUU.
Un experto contratado por el Centro Nacional de Mariposas asegura que, aunque esta porción del muro, situado a escasos metros del curso del río, ya experimentó las consecuencias del embate del agua durante el paso del huracán Hanna en julio pasado, todavía no ha sufrido una inundación del río Grande.
El informe es uno de los dos nuevos estudios que se entregarán esta semana en un tribunal federal, en una batalla legal que ya consiguió frenar temporalmente el proyecto a finales del 2019 y comienzos del 2020.
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