LOS ÁNGELES.- En las décadas de los años 60 y 70 fue una de las mujeres más famosas de todo el mundo, pero Raquel Welch, que mañana cumple 80 años, ha dejado muy atrás su imagen de mito sexual para refugiarse en una vida discreta y alejada de los grandes focos.
La película «How to Be a Latin Lover» (2017) protagonizada por Eugenio Derbez, la cinta televisiva «House of Versace» (2013) y una aparición puntual en 2012 en «CSI: Miami» es lo más destacado que ha rodado en la última década esta actriz de origen latino que, fuera de las cámaras, encontró el éxito como empresaria en marcas de belleza y de ejercicio físico.
«Es bonito que me reconozcan», dijo en 2018 en una entrevista en el medio escocés The Sunday Post.
«Toda mi carrera ha girado en torno a ser reconocida, como cualquier otro actor o actriz, así que estoy agradecida de que la gente todavía se interese por mí (…). Soy muy exigente sobre los trabajos que acepto, pero no estoy nada cerca de retirarme. Mientras la gente siga interesada en mí, seguiré trabajando», añadió.
DE LA PREHISTORIA A LA FAMA
Hija de un ingeniero boliviano que se mudó a Estados Unidos, Jo Raquel Tejada (Chicago, EE.UU., 1940), por su nombre original, comenzó a abrirse hueco en los 60, primero con diminutos papeles como «Roustabout» (1964), con Elvis Presley de estrella; y luego ya con mucho más peso en títulos como «Fantastic Voyage» (1966).
Pero su carrera despegó hasta el infinito con la aventura prehistórica de «One Million Years B.C.» (1966).
En esta cinta que se rodó en las Islas Canarias (España), su bikini eclipsó todo lo demás (algo llamativo en una película que incluía dinosaurios y cavernícolas) y la convirtió en un «sex-symbol» planetario de la mano de un póster promocional que pasó a la historia del cine.
La industria lo vio claro y quiso explotar al máximo el potencial erótico de Welch, tanto que creó para ella uno de los apodos más machistas que se recuerdan en Hollywood: «El Cuerpo».
La actriz, no obstante, no desprecia que gran parte de su trayectoria se la debe a aquella película y a aquel bañador.
«A menudo me preguntan si estoy harta de hablar de ese bikini pero la verdad es que no. Fue una cosa importante en mi vida así que, ¿por qué no hablar de ello?», explicó a The Sunday Post.
«Casi cada día recibo copias de esa imagen que me envían para que las firme. ¡He debido mirar esa foto ‘un millón’ de veces! Recuerdo que James Stewart me dijo hace mucho tiempo que nunca evitara a los fans o las cosas de mí que les gusten a los fans. Fue un buen consejo», aseguró.
Aunque su condición de mito sexual marcó la gran mayoría de los papeles que le ofrecían, Welch trabajó con Frank Sinatra en «Lady in Cement» (1968), probó el wéstern en cintas como «Hannie Caulder» (1971) y abordó la transexualidad en la controvertida «Myra Breckinridge» (1970).
Y bajo la dirección de Richard Lester, Welch consiguió el Globo de Oro a la mejor actriz de una comedia por «The Three Musketeers» (1973).
A partir de ahí, la televisión fue el destino habitual de una actriz que se casó y divorció en cuatro ocasiones (el apellido Welch lo conservó de su primer marido). EFE