Alemania: Ascenso ultraderecha en el este preocupa tras 30 años de unidad

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BERLÍN.- Los 30 años de la reunificación alemana se cumplirán el 3 de octubre con la constatación de los avances logrados entre las dos partes de Alemania pero también con la preocupación por el ascenso de la ultraderecha.

«Tenemos el problema de la extrema derecha que muestran todos los indicadores, que se ve en las estadísticas de criminalidad y en los resultados electorales», reconoció este miércoles el comisionado del Gobierno para los nuevos estados federados, el secretario de Estado Marco Wanderwitz al presentar el informe anual sobre el proceso de unidad.

Este informe sobre el estado de la unidad alemana se elabora anualmente desde 1997 para registrar el proceso de convergencia entre las dos partes del país y señalar las tareas todavía pendientes.

Wanderwitz, al ser interrogado sobre lo que se hubiera podido hacer mejor hace tres décadas, dijo que se había debido hacer más por la formación política de los ciudadanos de la extinta RDA.

«Lo que se habría podido hacer mejor en 1990 tiene que ver con la formación política. Yo me formé y me socialicé en la Alemania unida. En 1990 teníamos gente que se formó en un país socialista y autoritario, que tenían déficit de conocimiento en lo relativo al funcionamiento de un estado democrático», dijo.

MENOR APOYO A LA DEMOCRACIA EN EL ESTE QUE EN EL OESTE

Todavía hoy, mientras en el oeste de Alemania un 91 por ciento de los ciudadanos consideran la democracia como la mejor forma de Gobierno, esta cifra baja al 78 por ciento entre los ciudadanos del este.

Wanderwitz celebró en ese contexto que la Central Federal para la Formación Política, una agencia pública, haya intensificado su trabajo en el este del país.

La gran tarea para el aniversario, según Wanderwitz, es recuperar parte del júbilo de 1989 y 1990 y señalar los logros que ha habido desde entonces.

«Las condiciones de vida han mejorado constantemente en los nuevos estados federados. En muchos lugares ya no tenemos diferencias que puedan medirse cuantitativamente», reveló.

Con respecto a la convergencia económica, Wanderwitz señaló que actualmente dos estados del este, Sajonia y Brandeburgo, tienen un presupuesto anual más alto que el de Sarre, en el oeste del país.

Las infraestructuras en los nuevos estados federados, según el informe, está actualmente al nivel del oeste del país y ha habido también una convergencia en lo relativo a la productividad, los salarios y las jubilaciones.

«No hemos llegado a una convergencia total pero en las jubilaciones, por ejemplo, en el este se ha llegado a un 97 por ciento del nivel del oeste.», dijo.

«En 1990 la productividad en el este era un 37 por ciento de la del oeste, el nivel salarial un 50 por ciento. Ahora nos estamos acercando al 100 por ciento», agregó.

LLEGAN MÁS EMPRESAS AL ESTE PERO SUBSISTEN PROBLEMAS ESTRUCTURALES

Wanderwitz recordó también que importantes empresas han realizado inversiones de envergadura en varios estados federados en el este del país. El fabricante de automóviles Tesla, por ejemplo, está construyendo una fábrica en Brandeburgo, lo mismo que el consorcio químico BASF y el fabricante de baterías eléctricas CATL ha invertido en Turingia.

Sin embargo, también admitió que en el este seguía habiendo más regiones que en el oeste con problemas estructurales en cuando al desarrollo de la economía.

El PIB per cápita, que en 1990 era en el este el 37 por ciento del del oeste, es ahora el 79,1 por ciento. Sin embargo, algunos economistas han señalado que la parte importante de la convergencia se dio a comienzos de siglo y que entre tanto se ha estancado.

Wanderwitz estableció también un vínculo entre la necesitad de enfrentar el problema de la ultraderecha y las perspectivas económicas al señalar que el este necesitaba la llegada de personal cualificado para su desarrollo.

«Esos trabajadores cualificados tienen que querer ir al este. Para ello tiene que haber una cultura de la bienvenida», dijo.

En ese sentido Wanderwitz llamó a los partidos democráticos a no permitir que los colores de la bandera alemana sean usurpados por la ultraderecha.

«Los colores de la bandera alemana fueron también los colores de la revolución pacífica. Los partidos democráticos no pueden dejar que se los arrebaten», resumió .EFE

 

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