PUNO.- “Yo no creía que la fresa podría producir aquí”, asegura Yolanda Mamani Chura, experta en crianza de vacunos y tejido a mano, actividades económicas habituales de su supervivencia.
Por ello, no imaginó incursionar en el cultivo de fresas, novísimo emprendimiento que alivia su precaria economía familiar.
Yolanda, centro poblado de Amparani del distrito de Acora, en la región Puno, en compañía de sus vecinos instaló un biohuerto en un área de 230 metros cuadrados, donde produce fresas, que cautivan paladares.
“Las fresas que cultivamos son bien dulces, no sabíamos nada de este fruto”, recuerda sobre su desconfianza de cultivar fresas, en zona con temperaturas extremas, donde la actividad agrícola pende de las lluvias y solo se cosecha una vez al año.
No obstante, el empleo de tecnologías le permitió incursionar en el cultivo de fresas y cosechar cada semana 20 kilos y por cuyas ventas recauda un promedio de 240 soles, ingreso adicional que le permite mejorar su calidad de vida.
Se trata de una actividad económica novísima y rentable, en el que Yolanda y el resto de los pobladores de su comunidad adaptaron la crianza de fresas, un fruto agradable y dulce, que se produce sobre los 4000 metros sobre el nivel del mar.
“Desde este momento declaro al distrito de Acora, en primer productor de fresa orgánica de altura”, expresó Lucio Istaña, alcalde distrital de Acora, al presentar los primeros resultados del proyecto de plan piloto de fresas orgánicas.
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