El mundo llora hoy a una de sus grandes figuras deportivas, un hombre que colmó su vida de recuerdos imborrables hasta convertirse en un icono eterno, Diego Armando Maradona.
‘El Pelusa’, uno de sus varios epítetos, fue arte en el césped y cada toque suyo al balón tuvo la delicadeza de un bailarín, un genio del tango capaz de dar 44 pasos en 10.6 segundos para completar el ‘gol del siglo’ y sentar a cuanto inglés vio en el camino en 1986 en una cancha de México.
El ídolo de multitudes partió a otro plano de vida sin despedirse siquiera, pero legó una historia futbolística que inspira y enamora, mientras la plasticidad de sus gambetas vuelve y atesta de magia los pensamientos de sus admiradores.
La ‘Mano de Dios’, el ‘gol del siglo’, su elección como mejor jugador de todos los tiempos, y hasta el título de Maestro inspirador de sueños, de la Universidad de Oxford, convirtieron al ’10’ en referencia sagrada dentro del más popular de los deportes.
Maradona nació el 30 de octubre de 1960 en el sur del Gran Buenos Aires, en Villa Fiorito, ‘un barrio privado de agua, de pan, de carne’, como gustaba decir; pero también donde fue libre como en ningún otro lugar y dio sus pasos iniciales con una redonda en los pies.
Quizás por eso sea ‘Pelusa’ el apodo que más le guste de todos cuantos le pusieron, porque lo devuelve a su infancia en Fiorito, a los arcos de caña y aquel equipo Cebollitas en el cual comenzó a eslabonar una cadena que lo llevó a la más alta cumbre del balompié mundial.
Argentinos Juniors fue el primer escalón en su vertiginoso ascenso. Allí debutó el 20 de octubre de 1976 en el Campeonato Metropolitano y casi un mes después, el 14 de noviembre, le marcó sus dos primeros goles a San Lorenzo.
Menos de un año demoró en debutar con la selección nacional en un partido contra Hungría, disputado el 27 de febrero de 1977, y en el cual estuvo en la apenas unos minutos.
La proclamación, dos años después, como campeón del Mundial Juvenil fue la antesala de la llegada a Boca Juniors de Maradona, que de ahí siguió rumbo al Barcelona español, con el cual jugó 39 partidos y fue el máximo goleador del plantel con 27 tantos.
Después (1984), inició su paso por el Nápoles italiano, con el cual conquistó la Copa Italia, la Copa UEFA y la Supercopa Italiana; tras jugar 259 partidos y anotar 115 goles.
Fue en medio de su aventura italiana cuando logró su verdadera consagración: el título de la Copa Mundial de México 1986, donde, además, anotó dos dianas célebres: ‘el gol del siglo’ y la ‘Mano de Dios’.
Ese día, el 22 de junio de 1986, y en un encuentro de cuartos de final frente a Inglaterra, el ‘Pibe de Oro’ burló al gigante cancerbero inglés Peter Shilton, pero, por si fuera poco, cuatro minutos más tarde un endemoniado Maradona terminó una cabalgata sublime sobre el pasto verde, al esquivar rivales con cada toque sutil al balón.
El ‘Pelusa’ recorrió 60 metros, desbancó a los seis jugadores ingleses que se interpusieron en su travesía y tocó suavemente la redonda ante la salida de Shilton para sellar un 2-1 histórico en favor de la Argentina.
Los problemas de ‘Diego’ comenzaron a principios de la década de 1990, cuando dio positivo en una prueba antidopaje en Italia en 1991, motivo por el cual fue suspendido por 15 meses e investigado por una presunta relación con la mafia.
En medio del Mundial de 1994, en Estados Unidos, dio positivo por el uso de sustancias prohibidas tras un partido ante Nigeria y vio frustrada su ilusión. Tres años después, el 30 de octubre de 1997, anunció su retiro, que se hizo efectivo.
Empero, en noviembre de 2008 volvió a las canchas, pero entonces como director técnico de la selección argentina, inmersa por entonces en una floja campaña por las eliminatorias mundialistas.
Maradona -quien sólo había tenido un breve tránsito como adiestrador por los clubes Mandiyú y Racing en los años 90, sin éxito alguno- logró clasificar al equipo para el Mundial de Sudáfrica 2010 y lo llevó hasta la fase de cuartos de final.
Una crisis cardiaca, problemas respiratorios y del corazón, y una severa hepatitis, pusieron en más de una ocasión en riesgo la vida del ’10’, todo ello antes de someterse a una intervención quirúrgica para bajar 40 kilogramos de peso y devenir estrella de la televisión en el programa ‘La noche del 10’.
Cerca de su natal Villa Fiorito, Maradona celebró el último 30 de octubre su 60 cumpleaños, a pesar del confinamiento a causa de la Covid-19 o los achaques de salud, porque su genio rebelde y bromista nunca cedió espacio y su figura siempre devolvió la inefable ‘Mano de Dios’.
Diego Armando Maradona sufrió en la mañana de este miércoles un paro cardiorrespiratorio en su casa del barrio San Andrés, en la localidad de Tigre.
Varias ambulancias se desplazaron hasta el domicilio para atenderle, pero no pudieron hacer nada para salvar su vida, 22 días después de ser operado de un hematoma subdural. Así, se nos fue un genio. (Prensa Latina)