El Eintracht de Frankfurt frenó su racha de once partidos imbatido en liga, tras caer este viernes por 2-1 ante un Werder Bremen que se hizo enorme en su feudo para doblegar al equipo de moda en la Bundesliga en el encuentro correspondiente a la vigésimo tercera jornada de la liga alemana.
El equipo dirigido por el austriaco Adi Huttler, que la semana pasada dio la sorpresa al derrotar al todopoderoso campeón de la Liga de Campeones, el Bayern de Múnich, se topó con un Werder Bremen que planteó un gran partido para frenar el buen momento de los visitantes, que sumaban una racha de cinco victorias consecutivas.
El encuentro comenzó bien para el Eintracht. Antes de alcanzar los diez primeros minutos de partido, la pizarra de Huttler funcionó para estrenar el marcador.
De un saque de esquina botado en corto resultó un magnífico centro del serbio Filip Kostic que encontró la testa del máximo artillero de las Águilas, el portugués André Silva, que con este cuenta 19 goles en los 21 partidos disputados esta temporada.
Sin embargo, en la segunda mitad el Werdem Bremen cambió transversalmente el guión del encuentro. Dos minutos después de regresar del túnel de vestuarios el talentoso Gebre Selassie sacó lustre de un gran balón filtrado por el austriaco Romano Schmid para poner el empate en el luminoso.
Los locales supieron resistir los golpes del Eintracht y fueron precisos en sus acometidas. En un gran momento de los verdes llegó su segundo gol. El alemán Maximilian Eggestein rompió la defensa de visitante con una excelente asistencia culminada por el estadounidense Joshua Sargent.
Con la entrada del serbio Luka Jovic en el minuto 65, el equipo de Huttler se volcó en ataque. El duelo comenzó a subir de temperatura y la desesperación se apoderó de los visitantes que no encontraron la fórmula para tumbar el muro construido por el alemán Florian Kohfeldt. EFE