CDU alemana insiste en que con la ultraderecha ni se coopera ni se negocia

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BERLÍN.- La Unión Cristianodemócrata alemana (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, insistió hoy en que con la ultraderecha no puede haber ninguna cooperación política y advirtió de que ésa debe ser la línea de todos sus candidatos electorales.

«Con Alternativa para Alemania (AfD) no se coaliga ni se coopera ni siquiera se negocia», afirmó el líder de la CDU, el centrista Armin Laschet, candidato del bloque conservador a las elecciones del próximo 26 de septiembre.

«No me cabe la menor duda de que ésa será también la línea de todos los candidatos», añadió, preguntado por el caso del exjefe de los servicios secretos, Hans-Georg Maassen, elegido hace unos días para liderar al partido en un distrito de Turingia (este del país) con un 89 % de los delegados locales.

Maassen, representante del ala más derechista de la CDU, fue relevado al frente de los servicios secretos en 2018 tras un duro tira y afloja por su cercanía con la AfD, con la que defiende debe abrirse un «diálogo».

Laschet, tras expresar su convicción en que todos los candidatos se atendrán a la línea del partido, matizó que la designación de los mandatos directos por cada uno de los 299 distritos se define a escala local, que no corresponde a la cúpula del partido incidir en esa decisión.

La CDU ha aprobado en sucesivos congresos federales una resolución en que se rechaza toda cooperación con ese partido, que en 2017 entró por primera vez en el Parlamento y es ahora la tercera fuerza a escala nacional.

Maassen es una figura que polariza dentro del bloque conservador. Especialmente en el este del país, donde la AfD es más fuerte, se ha extendido la consideración de que la CDU solo puede recuperar electorado girando hacia posturas más derechistas.

El exjefe del espionaje logró la elección como candidato de un distrito de Turingia, «Land» donde en 2020 se desató una tormenta política con efectos sobre la cúpula de la CDU en Berlín.

El detonante fue la elección de un líder liberal como primer ministro regional con los votos de la CDU y la AfD, con lo que se rompió de facto el cordón sanitario en torno al partido ultraderechista.

La propia Merkel instó a sus filas a revertir esa votación, en medio de una cadena de dimisiones tanto en los conservadores como entre los liberales del «Land», así como repercusiones a escala federal.

El terremoto político arrastró a la entonces presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, elegida un año antes para suceder a Merkel y que acabó renunciando a seguir al frente del partido, cuando era fuertemente cuestionada en su liderazgo.

La crisis de Turingia se resolvió entonces con una nueva votación, en que fue reelegido como primer ministro el izquierdista Bodo Ramelow, quien gobierna en minoría apoyado en socialdemócratas y verdes. El «Land» celebrará comicios anticipados el próximo septiembre, coincidiendo con las elecciones generales. EFE

 

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