COPENHAGUE.- El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, se mostró hoy dispuesto a abordar todos los asuntos «sin excepción» con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, si el diálogo es honesto.
«Nuestra postura es muy simple. Estamos dispuestos a abordar todos los asuntos sin excepción, siempre y cuando esa discusión sea honesta, con los hechos sobre la mesa y, por supuesto, sobre la base del respeto mutuo«, dijo Lavrov al abrir su primera reunión con Blinken, que tiene lugar en Reikiavik, capital islandesa.
Lavrov admitió al comienzo de su intervención que ambos países «disienten profundamente» a la hora de valorar la situación internacional y también en los métodos necesarios para su «normalización».
«Como usted ha dicho, del estado de las relaciones entre Moscú y Washington depende en gran medida la situación general en el mundo», afirmó en el encuentro, que se produce en los márgenes del Consejo Ártico.
Destacó que ambos presidentes, el ruso Vladímir Putin y el estadounidense Joe Biden, en sus conversaciones telefónicas coincidieron en la necesidad de cooperar en aquellas áreas en las que los intereses coinciden y donde se puede lograr un «resultado positivo», en especial en lo que afecta a «la estabilidad estratégica».
«Por supuesto, esto (la reunión) es muy importante para nuestras relaciones. Para que nos aclaremos, como es el deseo de nuestro presidentes, qué hacer con ellas», señaló.
El jefe de la diplomacia rusa se mostró abierto a hablar con su colega sobre el programa nuclear iraní, la situación en la península coreana y Afganistán, de donde este año se retirarán las tropas estadounidenses.
Lavrov y Blinken también deberían tratar la posible celebración de una cumbre entre los presidentes de ambas potencias, que podría tener lugar a mediados de junio en un país diplomático europeo, según la diplomacia rusa.
Durante una conversación telefónica Biden propuso a Putin reunirse próximamente en un tercer país, a lo que el Kremlin respondió positivamente, si bien Moscú ha dicho que nada está cerrado y que mucho depende del encuentro de hoy entre Lavrov y Blinken.
En caso de producirse, sería la primera reunión de alto nivel entre los líderes de ambos países desde que Putin y el expresidente estadounidense Donald Trump se entrevistaran en Helsinki en julio de 2018.
Las tensiones entre el Kremlin y la Casa Blanca se dispararon después de que Biden calificara de «asesino» a Putin, tras lo que Moscú llamó a consultas a su embajador en Washington, Anatoli Antónov, quien aún no ha vuelto a su puesto.
Seguidamente, tras el anuncio de las sanciones, Moscú convocó al embajador estadounidense en Moscú, John Sullivan, y le recomendó que abandonara el país para consultas con sus superiores, consejo que siguió poco después.
A esto hay que sumar la expulsión de diplomáticos, las sanciones, y las tensiones por Ucrania, en cuya frontera Rusia concentró un gran número de tropas, aunque después anunció su repliegue.
También han tensado las relaciones los roces por el envenenamiento, la detención y la condena del líder opositor ruso, Alexéi Navalni, cuya salud se ha deteriorado desde que fue enviado a prisión, donde cumple dos años y medio de pena. EFE