BULAWAYO, Zimbabwe – El corresponsal internacional Jeffrey Moyo, que fue liberado este miércoles 16, tras ser detenido por infringir supuestamente la Ley de Inmigración de Zimbabwe al ayudar a dos periodistas extranjeros a trabajar en el país, aseguró que la libertad de prensa se ve socavada cuando los periodistas no pueden trabajar sin impedimentos.
“Me siento aliviado, ya que fue horrible estar 21 días sin mi libertad”, dijo Moyo a IPS al salir de la prisión de Bulawayo, la segunda ciudad del país. “La detención es una completa violación de la libertad de prensa en Zimbabwe”, aseguró.
Moyo, de 37 años, es corresponsal de la agencia internacional Inter Press Service (IPS), The New York Times y otros medios de comunicación, y fue detenido en Harare el 26 de mayo, antes de ser trasladado a una cárcel de Bulawayo.
Quedó en libertad al cabo de 21 días, cuando se le concedió salir bajo una fianza de 5000 ZWL sin oposición del Estado, después que una jueza admitió haberse equivocado al considerar al periodista como una amenaza para la seguridad nacional.
En mayo, la jueza de Bulawayo, Rachel Mkanga, denegó la libertad bajo fianza a Moyo por considerar que el periodista era una amenaza para la seguridad nacional y la soberanía del país.
La acusación contra Moyo es la de haber violado la Sección 36 de la Ley de Inmigración, basándose en la acusación de que hizo una declaración falsa a los funcionarios de inmigración. Se trató del permiso de acreditación de dos de sus colegas en The New York Times: Christina Goldbaum y Joao Silva, que llegaron al país para una cobertura especial.
Lucha por la libertad de prensa
La acreditación de los periodistas no debe ofender a nadie ni a ninguna autoridad del país, planteó Moyo, argumentando que la acreditación de los periodistas en Zimbabwe debe ser un derecho y no una dificultad para ejercer la actividad.
“Los periodistas no son peligrosos y no causan ningún daño a ningún individuo o gobierno en particular”, dijo Moyo, a quien esperaban a su salida de prisión su mujer, Purity, y su hijo.
“Estoy asustado por lo ocurrido, pero no dejaré de trabajar. Me comprometo a hacer mi trabajo como periodista, independientemente de lo que me digan las autoridades, siempre que me atenga a la ley. Seguiré haciendo mi trabajo”, subrayó el respetado periodista zimbabuense.
A Moyo se le concedió la libertad bajo fianza el lunes 14 y estaba previsto que saliera en libertad un día después, pero un error en los papeles de su liberación en la prisión de Bulawayo hizo que pasara una jornada más encarcelado.
“Estoy feliz de que lo hayan liberado, estoy aliviada”, dijo Purity Moyo, la esposa de Jeffery, a IPS. Durante todos los días de encarcelamiento se le impidió ver al periodista y solo pudo comunicarse con él por carta.
“Agradezco mucho a mi esposa que me trajese algo de comer todos los días”, dijo Moyo a IPS. “Las cartas que mi esposa me comunicaba me daban esperanzas, al igual que las visitas de colegas de los medios de comunicación. Doy gracias a Dios por haber salido y poder reunirme con mi familia”, añadió.
Una prisión horrible
Moyo fue detenido el 26 de mayo y recluido en la Comisaría Central de Harare. Posteriormente fue trasladado a la ciudad de Bulawayo, a 400 kilómetros de Harare, y recluido en la Comisaría Central de Bulawayo en unas condiciones que describió como horribles y traumáticas.
“Pasé la noche detenido en la Comisaría Central de Bulawayo en condiciones horribles; no había ropa de cama, ni mantas y dormía en el suelo de cemento, y no había comida en la comisaría”, contó.
La situación no hizo más que empeorar. Moyo afirmó que las condiciones de la prisión de Bulawayo eran inhumanas. Dijo que lo metieron en una celda abarrotada con otras 18 personas. La comida era más que mala.
“Desde el punto de vista de la salud, estoy bien, pero la comida en la prisión es horrible”, dijo, explicó para detallar que le servían avena sin azúcar ni sal, “sadza (un tipo de gachas de maíz o mandioca o yuca)”, verduras secas y judías sin aceite o aliño alguno.
Derechos vulnerados
El abogado de Moyo, Doug Coltart, dijo a IPS que la detención de su cliente supuso una serie de terribles violaciones de sus derechos humanos. El Estado, después de tres semanas de oponerse a la fianza, dio un giro para decir que no tenía ningún caso contra Moyo y que los motivos que citó para oponerse a su fianza eran infundados.
Esto demuestra precisamente cómo se utiliza la denegación de la fianza en el tribunal de primera instancia para castigar a personas inocentes, dijo Coltart. También señaló que la denegación del derecho a ver a su esposa y a sus familiares, así como la prolongación de su detención, a pesar de que se le concedió la libertad bajo fianza, son violaciones de los derechos humanos de Moyo.
“Los funcionarios de la prisión siguen negándose a mostrarnos el supuesto error en la orden de liberación, lo que aumenta nuestra firme sospecha de que todo fue una mentira y un abuso del proceso de detención para retenerlo una noche más”, dijo Coltart a IPS.
Moyo deberá comparecer ante el tribunal el 24 de junio, en una audiencia previa al juicio. En caso de ser declarado culpable, podría ser condenado a 10 años de cárcel. Las organizaciones de defensa de los derechos de los profesionales y medios de comunicación han acogido con satisfacción la liberación del periodista.
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