SANTIAGO DE CHILE.- La expresidenta chilena y actual alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, afirmó este sábado que ve «con admiración» la celebración de la primera sesión de la convención constitucional que redactará la nueva Carta Magna de Chile.
«Miro con admiración al pueblo chileno (…) Lo que se veía como un sueño remoto ya tiene fecha», afirmó desde Ginebra la funcionaria en un comunicado que difundió su fundación, Horizonte Ciudadano.
«Nuestro país tendrá una convención constitucional paritaria, con reconocimiento a su identidad indígena y con una representación social inédita», agregó.
Este domingo, 4 de julio, los 155 candidatos que redactarán la nueva Constitución de Chile se reunirán por primera vez desde que fueron elegidos el pasado mayo para celebrar la sesión inaugural de la convención.
En esta cita, el órgano, compuesto de forma paritaria -algo inédito en el mundo- y con 17 representantes de pueblos indígenas, se reunirá en la sede del antiguo Congreso Nacional para elegir a su presidente y vicepresidente.
A partir de ahí, tendrá nueve meses -prorrogables por otros tres más- para elaborar una nueva carta fundamental, que será sometida en el 2022 a un referéndum con voto obligatorio.
Los 155 integrantes, que fueron elegidos en las urnas los pasados 15 y 16 de mayo, representan a diversos sectores políticos, sociales, culturales y étnicos del país, siendo las personas sin militancia en partidos políticos tradicionales las que componen la mayor fuerza a la interna del organismo (48).
El sorpresivo éxito de los independientes en las elecciones constituyentes de mayo, a juicio de expertos, supuso la ratificación final de la profunda crisis de representatividad que sufren los partidos políticos tradicionales chilenos.
«El 4 de julio será la fecha en que nos dimos la oportunidad de encontrarnos en nuestra diversidad, con nuestras deudas y esperanzas. Con la serenidad de que estamos preparados para dar forma a un pacto social», añadió Bachelet.
El proceso constituyente nació en el 2019 como un acuerdo entre los partidos políticos para tratar de amainar la mayor crisis social en tres décadas de democracia, que estalló en octubre de ese año con masivas marchas por un modelo socioeconómico más justo y que dejó al menos una treintena de fallecidos y miles de heridos.
La actual Carta Magna chilena, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es considerada por muchos como el origen de las grandes desigualdades del país por su corte neoliberal y fue rechazada en octubre del 2020, en un histórico plebiscito, por más del 78% de la población.
Foto EFE