SANTIAGO DE CHILE.- Al principio de la pandemia, y con los ojos puestos en lideresas como la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Arder, o la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, se extendió la creencia de que las mujeres enfrentan mejor las situaciones de crisis, adoptan medidas más precoces y más eficaces.
En Latinoamérica, un ejemplo más de cómo ellas han aportado a esta pandemia es la labor de Paula Daza, la subsecretaria de Salud de Chile y la mujer que ha estado al frente, desde el primer día, de una de las gestiones de la covid-19 más exitosas del mundo.
A esta cirujana de 61 años, uno de los rostros más vistos en la televisión desde el inicio de la crisis, se le atribuye un perfil pausado, cercano y menos confrontacional que sus pares hombres, y según las encuestas es una de las figuras políticas mejor valoradas, incluso dentro de un gobierno que goza de baja aprobación.
«Las mujeres han mostrado tener un rol más resiliente y reinventarse durante esta pandemia», comentó en una entrevista con Efe la propia Daza, que se mantuvo en el cargo tras la salida del exministro de Salud, Jaime Mañalich, muy cuestionado por su polémica gestión de la crisis.
«Por nuestra historia, tenemos un papel de contención en la sociedad que en una situación como esta, de tanto dolor, ha sido mirado de forma más positiva», expresó.
Aun con momentos críticos, Chile ha sido uno de los países del mundo que mejor ha capeado la covid-19: desde hace días disfruta de una positividad en torno al 1 %, ha desplegado una de las campañas de vacunación más rápidas y no ha sufrido grandes rebrotes pese a la llegada de la variante delta.
El ministro actual, Enrique Paris, su dupla en los informes diarios, es célebre por esquivar las preguntas más difíciles con un «Esa pregunta la responderá la doctora Paula Daza», frase que se ha hecho viral en redes sociales y sobre la que hay incontables memes.
La prudencia en sus respuestas y su trabajo en terreno le han dado fama de profesional, mientras que sus conjuntos de ropa, que incluso tienen una cuenta de Instagram, la han vuelto un icono de moda y la «reina» de un popular certamen de una revista nacional.
«MÁS MUJERES EN EL PODER»
Ella, aclaró, es «la cara de un extenso equipo formado en gran parte por mujeres muy comprometidas cuya labor ha sido fundamental para contener el virus», que a día de hoy deja en Chile 1,63 millones de contagios y más de 36.500 fallecidos.
«Es importante fortalecer la presencia de las mujeres en todos los cargos donde hay toma de decisiones (…) Muchas son tremendamente valiosas y capacitadas», pero a menudo postergan sus carreras por la maternidad, agregó.
Otro reto, aquejó, fue «recuperar la confianza» en las instituciones y el gobierno, mellada tras la crisis social de 2019 -la más grave en los 31 años de democracia- y fundamental para poder combatir la pandemia.
LAS CLAVES DEL ÉXITO
Aunque se mantiene el toque de queda y las fronteras cerradas para turistas, Chile goza de más libertades y los contagios se han replegado hasta niveles no vistos desde 2020.
Uno de los pilares fundamentales del éxito es la rápida campaña de vacunación, que alcanza con dos dosis al 84 % de la población objetivo, en su mayoría con Sinovac, pero también con Pfizer, AstraZeneca y CanSino.
Otros factores, destacó Daza, fueron la trazabilidad y el plan «Paso a paso», la estrategia para regular las restricciones en función de la situación epidemiológica de cada barrio y que ha sido criticada por los gremios médicos por, en su opinión, estar más orientada a evitar un drástico parón de la economía que a bajar los contagios.
Algunos expertos achacan a este plan la primera gran ola de infectados entre junio y julio de 2020 y también el segundo pico entre marzo y abril de este año, cuando el país llegó a superar los 9.000 infectados diarios (con 18 millones de habitantes) y se apuntó a un exceso de triunfalismo del gobierno.
Ahora, con la variante delta, Chile no está exento de riesgos, recordó Daza, aunque confía en que la administración de terceras dosis iniciada en agosto ayude a mitigar el impacto.
«El espíritu ha sido proteger a las personas, pero obviamente muchas veces tomamos medidas que producían un daño importante en la salud mental, sobre todo de mujeres y niños», lamentó. EFE