A veces el sufrimiento, el dolor o la muerte pueden provocar una disminución de la fe. Por ello, San Pablo recuerda que la Cruz es parte de la fe.
1) Para saber
Alejandro Magno, en la antigua Grecia, tenía como pintor imperial a Apeles. Sólo a él le permitía hacerle retratos. Uno de ellos era tan perfecto que se llegó a decir que existían dos Alejandros: uno, el hijo de Filipo, y el otro, el pintado por Apeles. El historiador Plinio relata que además de su talento natural, Apeles lo conseguía perseverando en la práctica: No se permitía que pasara un día sin pintar. De ahí parece proceder el dicho latino que también se le atribuye a Cicerón, quien no dejaba pasar ningún día sin escribir: “Nulla dies sine linea” (Ningún día sin línea).
San Pablo invita a perseverar en la fe a los gálatas. El papa Francisco, continuando con su reflexión de esa carta, señala que así como los gálatas habían acogido la fe con gran entusiasmo, ahora estaban en peligro de perderla por creerse salvados sólo por sus buenas obras y no por Cristo, nuestro redentor.
2) Para pensar
Hace tres años murió un famoso cantante francés del siglo XX: Charles Aznavour (1924-2018). Fue considerado el «Frank Sinatra francés». Pero su camino no fue fácil. Tuvo que perseverar y superar muchas dificultades. Su complexión no le ayudaba: Era un cantante bajito y feo al que todos despreciaban. La prensa inglesa se metía con él de forma inmisericorde y lo tildaba de AzNoVoice (Az Sin Voz). Él mismo decía: «De críticas, siempre fui bien servido. Me decían que era feo, canijo, que no había que dejar cantar a los enfermos». Pero resistió, perseveró, trabajó, tuvo una fe ciega en sus propias posibilidades y logró triunfar.
Llegó a ser reconocido como el máximo exponente de la canción francesa: grabó más de 1400 canciones de las que al menos 800 fueron compuestas por él, publicó casi 300 discos, vendió más de 100 millones de discos y participó en varias decenas de películas.
Es común que se comiencen proyectos con entusiasmo, pero hace falta perseverar para llevarlos a cabo. Tratándose de la fe, también es preciso perseverar en el camino, el cual no está exento de dificultades. Nuestro Señor nos alimenta la esperanza: “Pero quien persevere hasta el final, ése se salvará” (Mt 24, 13).
3) Para vivir
A veces el sufrimiento, el dolor o la muerte pueden provocar una disminución de la fe. Por ello San Pablo recuerda que la Cruz es parte de la fe. Precisamente la salvación nos vino gracias a Cristo en la Cruz y no en nosotros, ni en las propias obras. San Pablo advierte que no hay que dejarse encantar por una religiosidad que se apoya solo en cumplir preceptos, pues parecería ello nos salva y no Cristo. El papa Francisco advierte: mantengamos firme la certeza de que la santidad viene del Espíritu Santo y gracias a la redención de Jesús: esto es lo que nos justifica en sentido estricto, es decir, lo que nos hace justos frente a Dios.
El papa Francisco nos invita a preguntarnos en quién ponemos nuestra confianza: ¿En Jesucristo, crucificado y resucitado, o nos conformamos con cumplir algunos preceptos para tener la conciencia tranquila? ¿Preferimos la belleza de Cristo, o preferimos algo que nos atrae, pero después nos deja un vacío dentro? Preguntas pertinentes que nos afecta a todos y nos pueden ayudar a darle sentido a nuestro vivir.
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