En el marco del Día de la Canción Criolla, la Universidad Jaime Bausate y Meza presenta durante los meses de octubre y noviembre en su sala temporal la Exposición Histórica “Canción Criolla, Identidad Nacional” exhibiendo por primera vez de manera conjunta, instrumentos y objetos de algunos de los más representativos artistas criollos de la segunda mitad del siglo XX: Óscar Avilés, “la primera guitarra del Perú” y doctor Honoris Causa por la UNMSM (su guitarra, autógrafo, anteojos, discos, premios), Isabel “Chabuca” Granda (su máquina de escribir, su radio casetera donde grababa sus canciones, trofeos, propaganda, estampillas conmemorativas), Arturo “Zambo” Cavero (su cajón de cedro, libreta electoral, distinciones, carné universitario, detente, corbata y carné de la Hermandad del Señor de los Milagros), Jesús Vásquez, “la Reina y Señora de la Canción Criolla” (discos), fotos, etc. Avilés, Cavero y Vásquez fueron declarados por la OEA como Patrimonio Musical de América.
Los objetos originales han sido cedidos temporalmente para esta muestra por los familiares de los reconocidos artistas.
La exposición se complementa con un breve recorrido por la historia de la música criolla y el criollismo, sus antecedentes virreinales, el aporte español y afroperuano, sus hitos, principales compositores e intérpretes, hechos históricos, etc.
Como se sabe, la música criolla es una de las tantas expresiones culturales del Perú, considerada patrimonio inmaterial y que forma parte del mestizaje y la identidad nacional, generando sentimientos de pertenencia, cohesión social y continuidad.
En el Perú se denominaba criollo (del verbo “criado” al hijo de español nacido en América, extendiéndose esta designación al mestizo, quienes desarrollaron sentimientos de identificación con el suelo donde habían nacido, participando después en el proceso emancipador. Los orígenes de la música criolla, conformada por textos y melodías, pueden rastrearse en el Perú virreinal, alrededor del siglo XVIII. Viajeros, escritores y artistas (Amadeo Frezier, Robert Louis Stevenson, Ricardo Palma, Felipe Pardo y Aliaga, Manuel Ascencio Segura, Pancho Fierro) registraron algunos bailes (gato, maicillo, zanguaraña, mozamala, zamacueca, etc.) que serían los antecedentes de la hoy llamada música criolla.
Esta música fue consolidándose entre los siglos XIX y XX influenciada por ritmos e instrumentos europeos (idioma español, polca, vals, mazurca, jota, guitarra, piano, arpa), afroperuanos (cajón, cajita, quijada, etc.)
En Lima, los lugares donde se desarrolló el criollismo, fueron los barrios tradicionales como el Cercado, Barrios Altos, el Rímac, Breña, La Victoria, así como la Provincia Constitucional del Callao. La historia del criollismo fue marcada por la aparición de diversos personajes como Abelardo Gamarra “el Tunante” quién bautizó como marinera a uno de los ritmos musicales, Eduardo Montes y César Manrique, los “padres del criollismo”, quienes grabaron por primera vez en 1911 alrededor de 174 canciones en 91 discos (valses, marineras, yaravíes, tonderos y polcas), el autor Felipe Pinglo Alva, “el bardo inmortal”, el más reconocido de los compositores criollos peruanos. Otro hito importante fue el reconocimiento desde el Estado a este género, estableciéndose mediante Resolución Suprema del 18 de octubre de 1944, cada 31 de octubre como el “Día de la Canción Criolla”, fecha que coincidió en 1973 con el fallecimiento de la cantante Lucha Reyes, lo que terminó de consolidar esta conmemoración.
La exposición está abierta del 18 de octubre al 22 de noviembre en la sala temporal de la UJBM, ubicada en jirón Río de Janeiro 560, tercer piso, Jesús María, siendo el ingreso libre, previa coordinación.