BEIRUT.- Al menos 14 personas murieron este miércoles por la explosión de dos bombas lapa colocadas en un autobús del ejército sirio cuando se desplazaba por el centro de Damasco, donde hacía tres años que no se registraban ataques de este tipo, informó la agencia oficial siria, SANA.
Dos artefactos explosivos «previamente colocados en el autobús» detonaron sobre las 06.45 hora local (03.45 GMT), cuando el vehículo militar pasaba por un área cercana al puente de Al Raes, en pleno centro de la capital siria, de acuerdo con SANA.
El medio oficial, que calificó el acto de «ataque terrorista», sin señalar a ningún grupo en particular, precisó que también ha causado un número indeterminado de heridos y que las fuerzas de seguridad pudieron desactivar una tercera bomba antes de que estallara.
SANA no precisó si las víctimas son militares o civiles, aunque en el lugar del ataque estacionan y pasan autobuses de transporte civil y se sitúa en un área residencial de la capital.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, confirmó el fallecimiento de 14 soldados, pero alertó de que el número podría aumentar en las próximas horas debido a la existencia de varios heridos en estado «crítico».
Damasco no ha registrado acciones de este tipo desde que hace más de tres años las tropas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, retomaron el control de la región de Guta Oriental, bastión opositor situado a las afueras de la capital.
El 14 de abril de 2018, las fuerzas sirias y sus aliados impusieron su control sobre la ciudad de Duma, lo que fue considerado como el regreso de toda Guta Oriental a la manos del Gobierno sirio.
La capital del país árabe sí sufre de tanto en tanto bombardeos por parte de la aviación israelí, si bien en muchos casos los proyectiles son interceptados por las defensas antiaéreas sirias.
En la actualidad, la mayor parte de Siria está bajo el control de Damasco y a grandes rasgos solo continúan los combates en la provincia noroccidental de Idlib, último reducto de la oposición armada, y algunas áreas de la vecina provincia de Alepo. EFE