Atletismo: José Luis Mandros se suma a la «multinacional» de Pedroso en Guadalajara

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El atleta peruano José Luis Mandros, campeón nacional de salto de longitud y en posesión de una marca personal de 7,96 conseguida este año, se entrenará en Guadalajara (España) en el grupo del cubano Iván Pedroso en virtud de una beca por un año que le ha concedido la Federación Deportiva Peruana de Atletismo (FDPA) junto con el Club Deportivo Méliz Sport.

El presidente de la FDPA, Javier Chirinos Hoyos, y el gerente deportivo, Óscar Valiente, gestionaron con el club deportivo español entregar una beca anual de alimentos y hospedaje a Mandros con el objetivo de «seguir forjándose con miras a su clasificación a los Juegos Olímpicos París 2024», explica la organización peruana.

Mandros, que hasta ahora se entrena bajo la dirección de Abdel de la Torre, será adiestrado por Iván Pedroso, que fue campeón olímpico y cuatro veces mundial de longitud, en un grupo multinacional en el que se alistan la venezolana Yulimar Rojas, campeona olímpica y plusmarquista mundial de triple salto, y la española Ana Peleteiro, bronce olímpica en la misma prueba, entre otros grandes atletas.

Mandros estableció el récord nacional sub-20 hace cuatro años en Leonora (Guyana) con un salto de 7,91, y esta temporada ha saltado 7,96 en Cochabamba, fue quinto en el Sudamericano de Guayaquil y campeón nacional con una marca de 7,84.

Guadalajara, una ciudad de 85.000 habitantes ubicada 62 km al noreste de Madrid, se ha ganado un perecido prestigio como uno de los mejores enclaves del mundo en la especialidad de saltos. Sus pistas de atletismo Fuente de la Niña han visto pasar a grandes figuras del atletismo desde que,  hace 33 años, la ciudad alcarreña se convirtió en lugar de residencia y trabajo del equipo cubano de atletismo. Allí trabajaron mitos del atletismo cubano y universal como el propio Pedroso o el saltador de altura Javier Sotomayor, todavía plusmarquista mundial.

Vivían en Guadalajara medio año, y desde aquí se dispersaban por toda Europa para competir en los mítines más prestigiosos y regresar después «a casa», a la residencia alcarreña cercana a las pistas que les hacía un precio especial.

Pedroso estableció relaciones familiares en la ciudad -aquí nació su hija- y, una vez que colgó las zapatillas de clavos, se estableció en ella con carácter permanente. Aprovechó su sabiduría atlética para formar un grupo de entrenamiento que ha ido creciendo hasta producir campeonas mundiales, como Yulimar, y de Europa, como Peleteiro.

La plusmarquista española siempre ha destacado «el buen ambiente» y el «compañerismo» que impera en el grupo de entrenamiento. «Nadie es de aquí; todos somos de fuera, aunque yo sea gallega y esté cerca de mi casa, también estoy lejos de mi familia y mis compañeros aún más. Unos son de Venezuela, otros de Cuba, otros de Brasil, otros de Portugal».

Pedroso, el director del grupo, ya es un vecino más de Guadalajara, integrado en su sociedad, y como hijo adoptivo ilustre recibe los honores correspondientes.

Fuente: EFE

Foto: Twitter

 

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