SANTIAGO DE CHILE.- Con una marcha festiva y llena de banderas multicolores, la comunidad LGTBI de Chile celebró este sábado el Día del Orgullo, que coincide con el final de la discusión de un proyecto de ley que legalizaría el matrimonio igualitario, una demanda histórica de los homosexuales en el país.
Cerca de un millar de personas marcharon desde la céntrica Plaza Italia de Santiago hasta la sede de Gobierno, el Palacio de la Moneda, para exigir que se apure la discusión parlamentaria de la ley y, al mismo tiempo, celebrar que están más cerca que nunca de poder casarse.
«Hoy nos volvemos a encontrar en un momento clave, la tramitación del matrimonio igualitario está a pasos de transformarse en ley», celebró Óscar Rementería, portavoz del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), plataforma que convocó la manifestación.
El proyecto, al que solo le hace falta ver luz verde en la Cámara Baja, permitiría llamar «matrimonio» a las uniones entre personas del mismo sexo y también habilitaría la adopción y la filiación, hasta ahora no permitidas para parejas homosexuales.
«Quiero tener la certeza de que más adelante podré casarme con mi polola (novia) y que podremos formar una familia. Es un derecho que no puede esperar», señaló a Efe Bárbara Enríquez, una joven de 22 años.
En caso de aprobarse la iniciativa, algo que previsiblemente sucederá este 2021, Chile se sumaría a Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y varios estados mexicanos.
CON EL OJO EN LAS ELECCIONES
Otro de los temas candentes fueron las elecciones presidenciales del próximo 21 de noviembre, en las que, según los principales sondeos, llegarían al balotaje el izquierdista Gabriel Boric y José Antonio Kast, un ultraconservador que está en contra del matrimonio gay.
«Hay un candidato que es homofóbico. Esa es la verdadera amenaza a la democracia. Vayan a votar para se respeten nuestros derechos», esgrimió Gaspar Domínguez, una de las 155 personas que redactan la nueva Carta Magna.
El proceso constituyente se abrió hace más de un año como vía política para amainar el «estallido social», una masiva ola de protestas contra la igualdad que comenzaron en octubre de 2019 y se extendieron durante más de un año.
«Desde entonces, ya no hay vuelta atrás. Chile despertó y nos dimos cuenta de que somos mayoría los que queremos la igualdad, que se nos respete a todos: a los gays, las lesbianas, los indígenas, las trans», apuntó a Efe el manifestante Julio Rojas.
La marcha, que se alargó durante la tarde sin incidentes y sin apenas presencia policial, es el primer gran encuentro LGBTI desde la llegada de la pandemia y se pospuso de junio a noviembre por un fuerte brote de covid-19.
EL LARGO CAMINO DEL MATRIMONIO IGUALITARIO
El proyecto de matrimonio igualitario, que se presentó en 2017 durante el segundo mandato de la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2014-2018), permaneció estancando durante más de cuatro años.
En enero de 2020, el Senado decidió aprobar la idea de legislarlo y en un giro sorpresivo de acontecimientos, en julio pasado, el presidente —el conservador Sebastián Piñera— dijo en su última rendición de cuentas antes de dejar el cargo (en marzo de 2022), que había «llegado el tiempo» de aprobar este proyecto.
Pese a que este anuncio cayó como un jarro de agua fría entre los partidos más conservadores de la coalición que gobierna, el mandatario instruyó al Parlamento que lo discutiera con carácter de «urgencia» y desde entonces ha avanzado hasta su último trámite, que se prevé tenga lugar antes de fin de año.
Según un sondeo reciente de Ipsos, el 65 % de los chilenos cree que se debería permitir el matrimonio gay, lo que coloca a Chile como el segundo país latinoamericano con mayor respaldo, solo por detrás de Argentina (73 %).
«El matrimonio igualitario es una demanda transversal que convoca el apoyo de la mayoría y que nos dignifica como país», señaló a Efe Isabel Amor, directora de la fundación Iguales, una de las plataformas LGTBI más activas del país. EFE