Presidentes de Israel y China hablan por teléfono por primera vez

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JERUSALÉN.- El presidente israelí, Isaac Herzog, mantuvo hoy una conversación telefónica con el mandatario chino, Xi Jinping, en la que abordaron cuestiones bilaterales y geopolíticas y que representó la primera llamada en la historia entre presidentes de ambos países.

«El presidente Herzog y el presidente Xi discutieron las oportunidades para mejorar las relaciones bilaterales entre Israel y China con el trigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas el próximo año», señaló un comunicado de la oficina del presidente israelí.

Durante la conversación, además, se invitaron mutuamente a visitar sus respectivos países con ocasión del aniversario y «discutieron asuntos estratégicos globales y regionales».

Según el portavoz de Herzog, este informó «al presidente Xi sobre el reciente establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y los estados árabes en el marco de los Acuerdos de Abraham y señaló que esto constituye un avance positivo en Oriente Medio que debe ser alentado».

Además, se refirió a la amenaza iraní, enfatizó la necesidad de evitar que Teherán adquiera armas nucleares y destacó que las actividades de la República Islámica «están dañando y socavando la estabilidad en Oriente Medio».

Por último, ambos líderes instaron a aumentar la colaboración entre sus países, especialmente en cuestiones económicas, culturales y en turismo.

El vínculo entre Israel y China ha mejorado mucho desde el establecimiento de lazos diplomáticos en 1992 y el gigante asiático representa hoy el segundo mayor socio comercial del Estado judío.

Además, empresas propiedad del gobierno en Pekín gestionan múltiples proyectos de infraestructura en Israel, incluida una importante terminal, inaugurada recientemente, en el puerto de Haifa, el más importante del país.

Sin embargo, Estados Unidos -principal aliado político del Estado judío- ha incrementado su presión a Israel para que disminuya sus vínculos con China, argumentando que la creciente inversión económica podría traducirse en influencia política. EFE

 

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