COPENHAGUE.- El Parlamento sueco votará el lunes la elección de la socialdemócrata Magdalena Andersson como primera ministra, tras su dimisión ayer debido a la salida del gobierno de los ecologistas, apenas unas horas después de recibir el apoyo de la Cámara.
Andersson, primera mujer elegida jefa de gobierno en Suecia, duró 7 horas en el cargo: el Parlamento toleró su elección al no tener a la mayoría en su contra (175 escaños), pero luego la Cámara aprobó la moción alternativa de los presupuestos del bloque de derecha, lo que causó la reacción de los verdes y luego la renuncia de aquella.
El presidente del Parlamento, Andreas Norlén, anunció hoy la votación tras constatar que Andersson mantiene sus apoyos, pero lamentó el «incomprensible» desarrollo de los hechos, «dañino» para la confianza de los suecos en los partidos políticos y la Cámara.
Norlén dirigió sus críticas hacia el Partido del Medioambiente, al que recriminó no haberle informado en las consultas previas de que su permanencia en el Ejecutivo dependía de los presupuestos.
«De haberlo sabido, claro que no habría nominado a Andersson y habría esperado a después de la votación de los presupuestos», dijo.
Andersson no llegó a convertirse formalmente en primera ministra, ya que para ello habría sido necesaria una reunión del Consejo de Estado, presidido por el rey, pero su renuncia fue lo «más razonable», señaló Norlén, resaltando que no hay precedentes de un caso así en Suecia y que tampoco está recogido en la Constitución.
El también socialdemócrata Stefan Löfven, que dimitió hace dos semanas cumpliendo la salida anunciada ya en agosto, seguirá ejerciendo de momento como primer ministro de un gobierno de transición hasta que se formalice la elección de su sucesora.
Andersson se había asegurado hace tiempo la abstención del Partido Centrista y, luego de largas negociaciones, la del Partido de Izquierda Socialista, tras cerrar un acuerdo sobre pensiones.
El pacto con los socialistas hizo que los centristas anunciasen ayer que no apoyarían los presupuestos del Ejecutivo, lo que permitió que saliese adelante la moción de conservadores, democristianos y el ultraderechista Demócratas de Suecia (SD).
La cercanía de las elecciones generales, que se celebrarán en septiembre de 2022, y el hecho de que los presupuestos alternativos solo suponen modificar algunas partidas fueron el argumento esgrimido por Andersson para aceptar gobernar con ellos.
Pero los ecologistas, que llevan meses con malos resultados en los sondeos, rompieron el difícil equilibrio señalando que no podían gobernar con unos presupuestos negociados con el SD y que suponen además que se eliminan varias medidas verdes.
El SD está en el origen de la complicada situación política que vive Suecia desde hace años, debido al aislamiento al que lo han sometido el resto de fuerzas políticas, aunque conservadores y democristianos aceptan ya negociar con ellos.
Ese «cordón sanitario» es el que ha permitido que una coalición rojiverde encabezada por Löfven gobierne en minoría desde 2014, aunque con crisis políticas de por medio, como una moción de censura socialista en protesta por una reforma de los alquileres que provocó en junio su caída, aunque volvió a ser elegido dos semanas después.
Löfven anunció no obstante por sorpresa en agosto que dejaría todos sus cargos para allanarle el camino a su sucesor. EFE