SAN SEBASTIÁN/España.- El colectivo de presos de la banda terrorista ETA, que en 2011 anunció el fin de la actividad armada y en 2018 su disolución, comunicó este lunes su intención de acabar con los homenajes y recibimientos públicos a terroristas excarcelados, que desde hace años generan polémica en España.
En un comunicado, este colectivo se comprometió a limitar estas recepciones a actos «discretos» en «el ámbito privado».
Los presos de la organización terrorista, que propugnaba la independencia de España y de Francia de territorios como las regiones españolas del País Vasco y Navarra (norte) y otras del sur francés, señalaron que «entienden» que puedan sentirse «heridas» las víctimas de ETA, cuya actividad terrorista provocó más de ochocientos muertos, en su mayoría en las décadas de 1970, 1980 y 1990.
Los conocidos como «ongi etorri», bienvenida en vasco, dejarán de hacerse en la calle para limitarse a «un espacio privado entre allegados», añadieron.
«Hay personas que han expresado honestamente que sienten dolor con los ‘ongi etorri’ públicos», reconocieron, pues «son personas damnificadas a consecuencia de las acciones de nuestra militancia del pasado y comprendemos que puedan sentirse dolidas».
«Nuestro deseo es aliviar todo sufrimiento (…), ir sanando heridas y fortalecer la convivencia entre la ciudadanía vasca», argumentaron, tras consultar a miembros del colectivo encarcelados en España y Francia.
Estos recibimientos en público en el País Vasco y Navarra a condenados por terrorismo cuando salen de prisión tras cumplir su sentencia generan desde hace años polémica en España.
Asociaciones de víctimas y distintas fuerzas políticas los consideran una humillación y piden que los prohíban a las autoridades y a la Justicia, que en diversas ocasiones ha argumentado que limitaría derechos como la libertad de manifestación y solo debe actuar en casos como la apología del terrorismo. EFE