SANTIAGO DE CHILE.- Más de 15 millones de chilenos están convocados en una semana a las urnas en las elecciones presidenciales más inciertas y trascendentales desde el retorno a la democracia, con dos candidatos al margen de los partidos tradicionales y con dos propuestas de país totalmente opuestas.
Los últimos sondeos publicados antes de la veda electoral daban como ganador al exlíder estudiantil Gabriel Boric, la carta del izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista, que en la primera vuelta del 21 de noviembre quedó segundo con el 25,8 % de los votos frente al 27,9 % de Jose Antonio Kast, del ultraderechista Partido Republicano.
Los expertos, sin embargo, alertan de que el resultado será muy ajustado y se definirá voto a voto.
A continuación, las claves de unos comicios que llegan tras dos años de una crisis social sin parangón, con una pandemia en retroceso y una recuperación en marcha y en plena redacción de una nueva Constitución.
LA BATALLA POR EL CENTRO
Siempre se ha dicho que quien saca más votos en primera vuelta llega a La Moneda (sede de gobierno) -algo que lleva ocurriendo desde 1999-, pero esta vez es distinto pues la diferencia entre ambos candidatos fue muy pequeña.
Conscientes de la fragmentación parlamentaria y de que más del 30 % del electorado optaron en primera vuelta por opciones más moderadas, ambos candidatos han templado sus discursos para acercarse al votante de centro.
Kast, defensor acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura (1973-1990) y partidario de la mano dura contra la migración y la violencia, partió prometiendo una bajada drástica de los impuestos, pero luego matizó y dijo que lo hará «de manera gradual».
Sus referentes, sin embargo, siguen siendo Donald Trump y Jair Bolsonaro, y más de una vez ha defendido al general Augusto Pinochet.
Boric, en tanto, ansía un Estado de bienestar parecido al europeo, con acento feminista y ecologista, y ha tenido que poner más énfasis en la recta final en temas de seguridad pública.
Independientemente de la moderación de las últimas semanas, el futuro presidente encabezará el gobierno más izquierdista desde Salvador Allende (1970-1973) o el más derechista desde Pinochet.
QUIÉN APOYA A QUIÉN
Tanto Kast como Boric integran formaciones de reciente creación y es la primera vez desde el retorno a la democracia que los partidos tradicionales de centroizquierda y centroderecha se quedan fuera de la contienda.
El ultraderechista logró reunir rápidamente los apoyos de la derecha oficialista, cuyo candidato Sebastián Sichel quedó cuarto en noviembre. Y en las últimas semanas ha sumado a su campaña rostros conocidos como la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, o la alcaldesa del capitalino barrio de Providencia, Evelyn Matthei.
A Boric le costó un poco más, pero finalmente consiguió los apoyos de la antigua Concertación, la alianza de centroizquierda que lideró el país entre 1990 y 2010.
El fichaje de la popular médico Izkia Siches como jefa de campaña ha supuesto un revulsivo para el exlíder estudiantil, así como el espaldarazo del expresidente Ricardo Lagos.
¿QUÉ HARÁN LOS VOTANTES DE PARISI?
La gran incógnita es qué harán el 12,8 % de los votantes de Franco Parisi, un polémico economista que sorpresivamente quedó tercero, pese a que ni siquiera pisó Chile e hizo campaña en redes sociales desde su residencia en Alabama, Estados Unidos.
En las elecciones de 2013, las últimas a las que se presentó, Parisi no se posicionó por ningún candidato, aunque el 70 % de su electorado se fue con la conservadora Evelyn Matthei, que perdió contra la socialista Michelle Bachelet.
Los expertos aseguran que Parisi ha conseguido captar el voto castigo y el perfil de su electorado es gente joven, mayoritariamente del norte del país.
Con una abstención endémica y un cuestionado voto voluntario, la participación sigue siendo una incógnita: en la primera vuelta solo un 47 % de los convocados concurrió a las urnas. EFE