La segunda cumbre de la Runasur, la plataforma internacional de organizaciones civiles, sindicales e indígenas promovida por el expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019), fue suspendida tras generar el rechazo de diversos sectores políticos de Perú, donde se iba a celebrar.
La reunión había sido anunciada por el exmandatario boliviano para el 20 y 21 de diciembre en Cusco (Perú), la antigua capital del imperio incaico, pero el secretario general del marxista partido Perú Libre, Vladimir Cerrón, anunció este lunes en redes sociales su suspensión.
Si bien Cerrón esgrimió motivos sanitarios para suspender la cumbre de la Runasur, esta se produce después de que la oposición peruana y tres exministros de Relaciones Exteriores señalaran al Gobierno peruano por permitir que esta reunión se celebrara en su territorio.
Cerrón, cuyo partido cuenta con fuertes lazos con el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales y es el principal sustento del presidente de Perú, Pedro Castillo, en el Parlamento peruano, se desdijo así a él mismo, ya que en la víspera había asegurado que la cumbre se celebraría de todas formas.
EXCANCILLERES VEN «AMENAZA»
En un pronunciamiento público emitido el pasado viernes, once diplomáticos peruanos, entre ellos varios de peso dentro del cuerpo diplomático de Perú como los excancilleres Allan Wagner, Ricardo Luna y José Antonio García Belaúnde, exhortaron al Gobierno peruano a no permitir la celebración de la cumbre de la Runasur.
Para estos diplomáticos, la Runasur es «una clara amenaza desde el exterior sobre la soberanía, independencia y seguridad nacional» ya que, bajo su consideración, «Evo Morales propone desmembrar a Perú para otorgar a Bolivia una salida soberana al Pacífico y así conformar una ‘nación aimara’ como extensión territorial boliviana».
Asimismo, rechazaron la intención de Morales de crear una «América plurinacional» a semejanza del estado plurinacional fundado en Bolivia bajo su mandato.
«Obviamente, se trata de un vasto proyecto geopolítico transnacional para dejar de lado a los estados, su respectiva soberanía e independencia y, desde luego, los regímenes democráticos existentes», aseguraron en ese documento.
Por lo tanto, demandaron al Ejecutivo peruano a «no permitir y menos apoyar políticos extranjeros para realizar eventos que agreden la independencia, soberanía e integridad nacional, propician la división entre peruanos y buscan la destrucción del Estado de Derecho».
PERSONA NON GRATA PARA OPOSICIÓN PERUANA
A ello se suma que, recientemente, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, controlada por partidos opositores de derecha y ultraderecha, declarara a Morales persona non grata y exhortara al Gobierno a impedirle el ingreso al país y evitar así que celebre la cumbre de la Runasur.
Al respecto de esta polémica, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú negó en un comunicado la cumbre de la Runasur suponga una amenaza contra la soberanía, independencia y seguridad nacional.
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La Cancillería peruana recordó que la reunión convocada por Morales «no involucra ni vincula al Estado peruano y tampoco al resto de estados de la región», por lo que descartó que el Gobierno del presidente Castillo promueva o tolere iniciativas que pongan en riesgo a Perú.
Asimismo, concluyó que, «en el marco del Estado de Derecho y el orden democrático, corresponde a las autoridades competentes garantizar a todas las personas el pleno ejercicio de sus derechos y libertades, así como velar por el cumplimiento de la Ley, investigar, procesar y en su caso sancionar a quienes la infrinjan».
EFE