GINEBRA.- Suiza, actualmente uno de los países con peor incidencia de casos de COVID-19 en todo el mundo, aplica desde hoy limitaciones especiales para las personas no vacunadas contra esta enfermedad, entre ellas la imposibilidad de entrar en restaurantes y otros lugares públicos.
Desde hoy, los no vacunados (salvo aquellos que hayan pasado la COVID-19) no pueden acceder a establecimientos culturales e instalaciones deportivas y de ocio, entre otros lugares, para frenar la actual ola de casos, que se cree está vinculada al auge de la nueva variante ómicron, más contagiosa que las anteriores.
Hasta ahora los no vacunados podían entrar a restaurantes y otros recintos con test PCR o de antígenos negativo, pero esa certificación ya no será válida.
Suiza actualmente tiene una tasa de incidencia de unos mil casos por millón de habitantes, algo que sólo superan naciones como Dinamarca (1.500 casos) o Reino Unido (1.100) y que duplica los aproximadamente 540 casos por millón de habitantes de la UE, donde muchos países también han endurecido las restricciones.
El país centroeuropeo también ordenó el teletrabajo para los empleados que puedan seguir sus obligaciones laborales desde casa, y limitar las reuniones privadas, de cara a las festividades navideñas, a sólo diez personas, si uno de los asistentes no está vacunado ni tampoco ha pasado la enfermedad.
El Ejecutivo helvético señaló la semana pasada que los hospitales del país estaban teniendo ya problemas para atender a todo los pacientes debido a la gran afluencia de afectados graves por COVID-19, en su mayoría personas no vacunadas de mediana y avanzada edad.
Pese a que el país centroeuropeo acumuló vacunas suficientes para inmunizar a toda su población, en el país hay un amplio porcentaje de reticentes a vacunarse, y la tasa de personas con la pauta completa es de sólo el 66 %, inferior a la de naciones vecinas como Francia (71 %), Italia (73 %) o Alemania (69 %).
Este fin de semana se registraron en la capital suiza, Berna, protestas contra las nuevas restricciones a los no vacunados, mientras que por contra algunos virólogos consultados por la prensa nacional opinan que las nuevas medidas son demasiado laxas y deberían endurecerse. EFE