CANBERRA.- La castración química de agresores sexuales de menores ha generado un acalorado debate en el estado australiano de Nueva Gales del Sur entre las autoridades que deben aprobar esa polémica ley.
Para decidir si finalmente se aprueba la legislación, un grupo de expertos del ámbito sanitario y legal e incluso víctimas de abuso, analizan desde hoy las consecuencias que tendría la aplicación de esa medida.
Aunque los tribunales locales utilizan la castración química contra los condenados que así lo pidan, el ministro de Justicia del estado, Troy Grant, quiere ir más allá ya que esta nueva ley permitiría a los jueces aplicar la pena sin que los procesados lo solicitasen.
La razón que llevó a plantearse el endurecimiento de las penas contra pederastas son las preocupantes cifras de abusos reportadas.
«El 17 por ciento de los agresores es probable que vuelvan a abusar de un niño en dos años», comentó Grant a la cadena australiana ABC, siguiendo la opinión de los especialistas.
«La medicación antilíbido sola no es una cura total, pero quiero estar seguro de que hacemos el mejor uso de ella, combinada con otras medidas más fuertes para prevenir que los agresores recaigan», explicó el ministro.
A diferencia de la castración quirúrgica, que elimina los órganos de la persona, las drogas antilíbido reducen el deseo sexual y en algunos casos, eliminan la capacidad de mantener relaciones carnales, reporta prensa-latina.cu
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