LONDRES (Reino Unido).- La mayor zona de cría de peces conocida ha sido descubierta cerca de la plataforma de hielo Filchner, en el sur del Mar de Weddell antártico, según un estudio publicado en Current Biology.
Un sistema de cámaras remolcadas fotografió y filmó miles de nidos de peces de hielo de la especie Neopagetopsis ionah en el lecho marino. La densidad de los nidos y el tamaño de toda la zona de cría sugieren un número total de unos 60 millones de peces de hielo criando en el momento de la observación.
Estos resultados, conseguidos por un equipo dirigido por Autun Purser, del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina, en Alemania, apoyan la creación de una zona marina protegida en el sector atlántico del Océano Austral.
Según explican, la alegría fue mayúscula cuando el pasado mes de febrero los investigadores vieron en los monitores del buque de investigación alemán Polarstern numerosos nidos de peces que su sistema de cámaras remolcadas transmitía en directo al buque desde el fondo marino, a una profundidad de entre 535 y 420 metros por debajo del barco, desde el fondo marino del Mar de Weddell antártico.
Cuanto más duraba la misión más crecía la emoción, que finalmente terminó en incredulidad: nido tras nido, con una evaluación precisa posterior que mostraba que había una media de un lugar de cría por cada tres metros cuadrados, y el equipo llegó a encontrar un máximo de uno a dos nidos activos por metro cuadrado.
La cartografía de la zona sugiere una extensión total de 240 kilómetros cuadrados, que es aproximadamente el tamaño de la isla de Malta. Extrapolado a este tamaño de área, el número total de nidos de peces se estimó en unos 60 millones.
«La idea de que una zona de cría de peces de hielo tan enorme en el mar de Weddell no se hubiera descubierto hasta ahora es totalmente fascinante», afirma en un comunicado Autun Purser, biólogo de aguas profundas del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina (AWI) y autor principal de la presente publicación.
El Instituto Alfred Wegener lleva explorando la zona con su rompehielos Polarstern desde principios de los años ochenta y hasta ahora, sólo se han detectado aquí individuos de Neopagetopsis ionah o pequeños grupos de nidos.
Las singulares observaciones se realizan con el llamado OFOBS, Sistema de Observación del Fondo Marino y Batimetría. Se trata de un trineo con cámara construido para estudiar el fondo marino de entornos extremos, como los mares cubiertos de hielo. Se remolca con un cable especial de fibra óptica y energía, normalmente a una velocidad de entre medio y un nudo, a un metro y medio por encima del fondo marino.
«Tras el espectacular descubrimiento de los numerosos nidos de peces, pensamos en una estrategia a bordo para averiguar la extensión de la zona de cría: no había literalmente ningún final a la vista. Los nidos tienen tres cuartos de metro de diámetro, por lo que son mucho más grandes que las estructuras y criaturas, algunas de las cuales sólo tienen centímetros, que normalmente detectamos con el sistema OFOBS», informa Autun Purser.
«Así, pudimos aumentar la altura sobre el suelo a unos tres metros y la velocidad de remolque a un máximo de tres nudos, multiplicando así la zona investigada. Cubrimos un área de 45,600 metros cuadrados y contamos la increíble cifra de 16.160 nidos de peces en las imágenes de foto y vídeo», afirma el experto del AWI.
A partir de las imágenes, el equipo pudo identificar claramente los nidos de peces redondos, de unos 15 centímetros de profundidad y 75 centímetros de diámetro, que se distinguían del lecho marino, por lo demás fangoso, por una zona central redonda de pequeñas piedras.
Se han distinguido varios tipos de nidos de peces: Nidos «activos», que contenían entre 1.500 y 2.500 huevos y estaban custodiados en tres cuartas partes de los casos por un pez hielo adulto de la especie Neopagetopsis ionah, o nidos que sólo contenían huevos; también había nidos no utilizados, en cuyas proximidades sólo se veía un pez sin huevos o un pez muerto.
Los investigadores cartografiaron la distribución y la densidad de los nidos utilizando los sonares de barrido lateral de mayor alcance pero menor resolución de OFOBS, que registraron más de 100.000 nidos.
Los científicos combinaron sus resultados con datos oceanográficos y biológicos. El resultado fue que la zona de cría se corresponde espacialmente con la afluencia de aguas profundas más cálidas desde el Mar de Weddell hacia la plataforma superior.
Fuente Europa Press