Conoce a la bibliotecóloga al servicio de las personas con ceguera

shadow

 

Su pasión por la lectura la llevó a la bibliotecología, una carrera que desde la Gran Biblioteca Pública de Lima ha puesto al servicio de las personas con discapacidad visual. Gracias a la tiflotecnología, ha creado una colección más de 1,000 títulos en formatos accesibles y cuenta con un equipo de profesionales comprometido.

Ante los juegos toscos y constantes de sus hermanos, Rosa Yataco Marín, la única hija de la familia, encontró en la lectura de cuentos y novelas una ruta de escape para huir de tanta testosterona adolescente y encontrar su brillo juvenil.

Fue Mujercitas la primera obra literaria que leyó y la que detonó su pasión por leer. Al terminar el colegio, ella creyó que su destino era seguir la carrera de literatura, pero eligió bibliotecología luego de admitir que la crítica literaria y la escritura no eran lo suyo.

Y como ocurre con algunos amores que irrumpen en momentos inimaginables, aquel día que llegó a la Gran Biblioteca Pública de Lima (GBPL) en el 2007 para ocupar la plaza de atención al público, sería el comienzo de un trabajo dedicado y sacrificado al servicio de las personas con discapacidad visual.

“El puesto de trabajo al que postulé tras terminar mis estudios en la Escuela de Bibliotecología de San Marcos consistía en atender al público. No imaginé que sería a personas ciegas. Sentí miedo. Pero gracias a don Rigoberto Camargo, un trabajador con ceguera, entendí que, además de leer, lo que buscaban era comprensión y una atención muy personalizada. Me quedé”, cuenta.

Atención humanizada

Actualmente, Rosa es la encargada de la sala para personas con discapacidad visual de la GBPL de la Biblioteca Nacional del Perú, y entre las diversas responsabilidades que debe cumplir, ella destaca la de gestionar la producción de obras accesibles para personas invidentes.

Pueden ser libros de literatura, derecho, ciencias sociales, normas legales, cómics, hasta recetas de cocina que su equipo y voluntarios convierten en impresiones braille, formato digital o audiolibros al alcance de personas que no ven o tienen una baja visión. Lo interesante es que el catálogo cuenta con 1,200 obras producidas con base en las necesidades de cada usuario.

“Son obras escasas. La BNP produce sus colecciones creadas con sustento en el diálogo amable y constante que mantenemos con cada usuario para conocer sus necesidades y preferencias, pues así podemos ofrecerles el formato que les conviene. Por ejemplo, les preguntamos con quién vive, dónde estudian, inclusive les leemos capítulos para saber si el contenido lo requieren tal cual o pueden prescindir de algunos párrafos o imágenes”.

Al pie del cañón

No es un trabajo sencillo, esa conversación demanda tiempo, mucha humanidad y soporte emocional porque muchas veces estas personas se sienten impotentes o frustradas a causa de la indiferencia de sus familiares o de la sociedad.

Felizmente, la BNP cuenta con moderna tiflotecnología, que permite imprimir en braille, tener un software lector de textos, un escáner con voz de salida y máquinas electrónicas para sistema braille.

“Me siento orgullosa de haber implementado la colección de obras en diferentes formatos, cuando antes solo esperábamos donaciones. Gracias a la tecnología, en el siglo XXI el interés por la información está aumentando en personas con ceguera o baja visión”.

Pero de algo también saca pecho esta gran conversadora: haber logrado con su equipo que personas con discapacidad visual cumplan sus metas personales, académicas y profesionales porque accedieron a información en formato accesible que la BNP les ofreció. “Eso le da sentido a todo nuestro esfuerzo”.

Fuente: Andina 

 

818889