Imbatible en su aporte de proteínas, ácidos grasos, vitaminas y minerales, la carne de cuy, superalimento oriundo del Perú, se consolida cada vez más como un aliado clave para prevenir y superar la anemia, la desnutrición y muchas otras enfermedades. Es también el insumo estelar en una diversidad de sabrosos y nutritivos potajes cuyo número crece gracias a la creatividad e innovación de los cocineros y cocineras del país.
La carne de cuy es un alimento de excelente sabor y calidad. Se caracteriza por contener alto nivel proteico y bajo en grasa, además de minerales y vitaminas. A continuación, todas las bondades nutricionales de este superalimento ancestral andino del cual el Perú es el principal productor a escala mundial.
La carne de cuy tiene un alto valor biológico, por lo que es considerado un superalimento, debido a que contiene los aminoácidos y ácidos grasos esenciales requeridos en la nutrición humana. Su consumo contribuye a la seguridad alimentaria y a fortalecer la identidad nacional.
Según el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición del Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud (Minsa), la carne de cuy contiene 20.3 % de proteína; 1.6 % de grasa; 1.2 % de minerales y 0.1 % de carbohidratos totales y disponibles. Estos valores superan a los que registran la carne de ave, vacuno y ovino.
Entre los minerales identificados en la carne de cuy destacan el calcio (29 miligramos), fósforo (29 mg), zinc (1.57 mg) y hierro (1.9 mg). Asimismo, posee vitaminas como la Tiamina (0.06 mg), Riboflavina (0.14 mg) y la Niacina (6.50 mg); mientras que su aporte de energía alcanza las 96 kilocalorías (Kcal).
Las proteínas están compuestas de 22 aminoácidos comunes, que en distintas combinaciones forman los bloques que constituyen todas nuestras células que son esenciales para la casi totalidad de las funciones de nuestro organismo. El cuerpo puede sintetizar efectivamente 13 de estos aminoácidos a partir de la comida, los 9 restantes conocidos como aminoácidos esenciales, deben ser aportados directamente por la dieta.
La carne de cuy tiene alta digestibilidad, bajas trazas de colesterol y triglicéridos, alta presencia de ácidos grasos linoleico y linolenico, esenciales para el ser humano. La existencia de estos ácidos grasos es muy baja o casi inexistentes en otras carnes, y estos son precursores de la conformación del ácido graso araquidónico (AA) y ácido graso docosahexaenoico (DHA). Ambas sustancias son vitales para el desarrollo de las neuronas y las membranas celulares.
VERSTILIDAD DE SU CARNE
Hay que tener en cuenta que la carne de cuy es muy versátil y no solo puede consumirse directamente como insumo para preparar tradicionales y suculentos potajes como el cuy chactado o el chicharrón de cuy, sino también puede ser aprovechado por la industria alimentaria para producir derivados como embutidos, jamón y nuggets o trozos empanizados.
PRODUCCIÓN
Según el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), la producción de cuy de más de 817,000 familias en todo el Perú ha pasado de ser una actividad familiar a una comercial, mediante el manejo y reproducción de razas de cuyes con alta calidad genética desarrolladas por dicha entidad adscrita al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego.
Estas razas han permitido que la producción se eleve a más de 18 millones de cuyes, generando un incremento en la rentabilidad de los pequeños y medianos productores que se ubican en las regiones de Cajamarca, Lambayeque, La Libertad, Junín, Pasco, Huánuco, Lima, Arequipa, Apurímac, Cusco, Huancavelica, Ica, Moquegua, Tacna y Puno.
Esto ha contribuido a generar fuentes de trabajo en el sector rural, además de un incremento del 84% en la participación de la mujer como líder en el proceso de la cadena productiva. Si bien, al inicio del trabajo la crianza de cuyes era una actividad solo de mujer, en la actualidad es de familia rural.
RAZAS DE CUY
Con el fin de potenciar esta actividad, el INIA ha consolidado en los últimos 20 años la generación de 3 razas de cuy con alta calidad genética formadas de los interraciales para aprovechar su vigor híbrido. Estas razas presentan alta capacidad cárnica, obtienen mayor peso en menor tiempo, son prolíficos, precoces, entre otros.
En el 2004, el INIA lanzó la raza Perú, la cual se caracteriza por su progenie y actúa como mejorador siendo utilizado en cruces terminales para ganar precocidad. Tiene alta calidad cárnica, alcanzan 1 kilogramo a las 8 semanas de edad y las hembras entran al primer empadre a los 56 días con una fertilidad del 98%.
Por su parte, la raza Andina, desarrollada en el 2013, es prolífica, su fertilidad alcanza el 98.5%, son de partos múltiples predominando los de camadas triples y cuádruples (64.5%), quíntuples y séxtuples (14.5%). En tanto, la raza Inti, es seleccionada por su buen peso y prolificidad en términos reproductivos.
ANDINA