América Latina ha vivido convulsos períodos políticos desde que la Guerra Fría convirtió a esta parte del continente americano en un territorio sobre el que las grandes potencias querían desplegar su influencia y control. Con la caída del Muro y el fin de las dictaduras de seguridad nacional pareció que el camino a la democracia podía abrirse paso. México y el fin de la llamada dictadura perfecta del PRI aumentaban la esperanza, del mismo modo que los acuerdos de paz en Colombia parecían consolidar el modelo liberal democrático.
Sin embargo, las siempre pendientes reformas sociales, la falta de una clase media potente y autónoma, las enormes desigualdades, la falta de políticas fiscales armónicas y los escandalosos casos de corrupción, amén del avance de las utopías populistas, han quebrado la consolidación democrática de América Latina.
Domingo Martínez Madrid
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