Como ustedes ya habrán apreciado, la prensa escrita de nuestro país, parece haberse renunciado al humor, cosa que es para ir al baño de risa.
El hombre -y a veces la mujer- son seres que ríen, en especial cuando es un prójimo el que se cae de potín, por dársela de “Putín”, que según sus biógrafos, era “punto” (y no sólo Putín) en el colegio, ya que –según dicen sus antiguos “profes”-, nunca aprendió a trompearse, como es de estilo no sacavueltero, como ese que ustedes saben y Magaly explota desde que uno sobrepasa el ABC, aunque lo aprenda en soviético que es más difícil que el chino que es un “wantán” de letras, para que se enteren los que pasaron por agua tibia.
Hace un ratito nomás, una doña que me supone docto en cuanto a libertad de “sapren”, me preguntaba si no habrá “un juez de menores”, o “una magistrada defensora de la familia”, que pueda pararle el buche a la famosa “Urraca”, autodenominada “administradora de la conducta ciudadana”, que saca a relucir una falsa defensa de la “liber-prensa”, seguramente, sin haber leído la legislación al respecto, que seguramente no circula en las escuelas de Huacho, con mi mayor respeto, por los docentes naturales de dicho pueblo.
Claro. Así se gana un buen “bille” y se alucina engreída de sus empleadores.
Pero este pecho, que siempre ha sido defensor de la libertad de prensa y lo ha pagado caro en su momento, debe aclarar sobre el puchero, que en nuestro país, existe una clarísima – y reciente- Ley de Prensa- que garantiza, no sólo “la intimidad de las personas”, incluyendo aquellas que “La Urraca” persigue hasta en el baño. Dicha ley, protege a todo dar, a los chibolos, que hoy vivirán un infierno en el cole, para que “La Urraca”, siga viviendo como hembra de faisán – ya que alondra, no es- .
La Libertad de Prensa – y lo dice un veterano del oficio, que ha enfrentado numerosas denuncias al respecto, saliendo airoso de todas ellas- tiene los límites que separan a todo delito del mandato preciso de la Ley.
Y esto, incluye -claramente- la protección a los menores.
Claro, como me explicó un pata con el que compartimos estudios de psiquiatría. El me cuenta que cierto “acróbata del Diván”, llegó a su casa “navegando entre dos aguas” y exigiendo de su “costilla”, una inmediata “prueba de amor», con “sobretiempo”. La sufrida madame, hizo lo posible, considerando que el interfecto, estaba “entre Pisco y Nazca”. Concluido el evento, el borrachín advirtió que su esposa, vestía sus mejores galas y se maquillaba como estrella de “Chollywood”. Y esto a poco de que él, la infamara diciéndole: «Tú no sirves para nada”. Entonces, percatándose de que la doña iba rumbo a «la lleca”, le peguntó roncamente: «¿Y ahora?… ¿Adónde vas?-…» Siguiendo lo que tú les dices a tus pacientes…Voy a buscar una segunda opinión”. ¿Cómo la vistes… Benitez?…
Es decir, todo es, según el color con que se mire.