Papa Francisco alerta que la paz está amenazada en muchas partes del mundo

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ROMA (Italia).- El Papa Francisco ha condenado nuevamente la guerra al denunciar que las armas solo «producen muerte» y que los conflictos nunca son «la solución a un problema» sino más bien «una derrota», al tiempo que ha alertado de que la paz está «amenazada en muchas partes del mundo». «Para evitar la escalada del mal, es importante hacer memoria del pasado», ha aconsejado.

«Al pensar en tantos conflictos y extremismos peligrosos, que ponen en peligro la seguridad de todos, hay que tener en cuenta que a menudo el mayor factor de riesgo es representado por la pobreza material, educativa y espiritual, que se convierte en un caldo de cultivo para el odio, la ira, la frustración y el radicalismo», ha dicho el Papa en una audiencia en el Vaticano con la organización judía B’nai B’rith International.

El Pontífice ha dejado claro que la paz está «amenazada en muchas partes del mundo» y ha asegurado que «las perspectivas particularistas y nacionalistas impulsadas por intereses egoístas y el afán de lucro parecen querer imponerse» mientras que «lo único que se pisotea es la dignidad humana».

Por otro lado, ha advertido de que «siempre existe el riesgo de disputas en nombre de los principios sagrados» tras reseñar que la violencia nunca es la solución. «Las armas producen muerte, la guerra nunca es la solución a un problema, sino una derrota», ha añadido.

«Para evitar la escalada del mal, es importante hacer memoria del pasado, para recordar las guerras, para recordar la Shoah y tantas otras atrocidades», ha remarcado.

En este sentido, ha advertido de que la violencia siempre tiene como compañeros «la mentira y la indiferencia» y al comentar el episodio bíblico del asesinato de Caín a Abel, ha señalado: «No podemos sustituir el sueño divino de un mundo de hermanos por un mundo de violentos e indiferentes. Frente a la violencia, frente a la indiferencia, las páginas sagradas nos devuelven al rostro del hermano».

Por ello ha pedido estar alerta porque, «en cada tradición religiosa» como en toda «sociedad humana», siempre existe el riesgo de «albergar rencores y alimentar redecillas contra los demás y hacerlo en nombre de principios absolutos e incluso sagrados».

«Es la tentación mentirosa de la violencia, es el mal agazapado a la puerta del corazón. Es el engaño según el cual con violencia y con la guerra, se resuelven las disputas. En cambio, la violencia siempre genera más violencia», ha concluido.

Fuente Europa Press / foto Twitter

 

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