El trasplante de útero es un método eficaz y seguro para remediar la infertilidad cuando se carece de un útero funcional, según el primer estudio completo del mundo sobre esta técnica, que ha sido realizado en la Universidad de Gotemburgo (Suecia).
El estudio, publicado en la revista científica Fertility and Sterility, abarca el trasplante de úteros de donantes vivas. Las operaciones fueron dirigidas por Mats Brännström, profesor de obstetricia y ginecología de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo y médico jefe del Hospital Universitario Sahlgrenska.
Tras siete de los nueve trasplantes del estudio, se realizó un tratamiento de fecundación ‘in vitro’ (FIV). En este grupo de siete mujeres, seis (86%) se quedaron embarazadas y dieron a luz. Tres tuvieron dos hijos cada una, por lo que el número total de bebés fue de nueve.
En términos de lo que se conoce como tasa de embarazo clínico, el estudio muestra buenos resultados de la FIV. La probabilidad de embarazo por embrión individual devuelto a un útero trasplantado fue del 33%, lo que no difiere de la tasa de éxito de los tratamientos de FIV en general.
Los investigadores señalan que se estudiaron pocos casos. No obstante, el material, que incluye un seguimiento exhaustivo y a largo plazo de la salud física y mental de las participantes, es de primera línea mundial en este ámbito.
Ninguna de las donantes presentaba síntomas pélvicos, pero, en algunas, el estudio describe síntomas leves y parcialmente transitorios en forma de molestias o pequeñas hinchazones en las piernas.
Al cabo de cuatro años, la calidad de vida relacionada con la salud en el grupo receptor en su conjunto era superior a la de la población general. Ni los miembros del grupo receptor ni los donantes presentaban niveles de ansiedad o depresión que requirieran tratamiento.
También se controló el crecimiento y el desarrollo de los niños. El estudio incluye un seguimiento hasta los dos años y es, por tanto, el estudio de seguimiento infantil más largo realizado hasta la fecha en este contexto. Está previsto que los niños sigan siendo objeto de seguimiento hasta la edad adulta.
«Este es el primer estudio completo que se realiza, y los resultados superan las expectativas tanto en lo que respecta a la tasa de embarazos clínicos como a la tasa acumulada de nacidos vivos. El estudio también muestra resultados sanitarios positivos: Los niños nacidos hasta la fecha siguen estando sanos y la salud a largo plazo de donantes y receptoras también es buena en general», afirma Brännström.
El primer nacimiento tras un trasplante de útero tuvo lugar en Gotemburgo en el 2014. Le siguieron otros siete nacimientos, en el marco del mismo proyecto de investigación, antes de que alguien fuera de Suecia diera a luz tras un trasplante de útero.
Desde entonces, el grupo de investigación ha transmitido sus métodos y técnicas mediante la transferencia directa de conocimientos a varios centros de investigación fuera de Suecia. A finales del 2021, el número de trasplantes de útero en el mundo se estimaba en 90, de los cuales 20 se habían realizado en Suecia. En todo el mundo han nacido unos 50 niños tras un trasplante de útero.
La mayoría de los grupos de investigación de todo el mundo aportan datos sobre donantes, receptoras, trasplantes, nacimientos, complicaciones y otra información al registro internacional de trasplantes de útero, que fue iniciado y es mantenido por los investigadores de Gotemburgo.
Se espera que este registro, bajo la égida de la Sociedad Internacional de Trasplante de Útero (ISUTx), sea un instrumento de investigación muy valioso en el futuro, que sirva para que el procedimiento sea aún más seguro y eficaz.
Fuente Europa Press / foto Twitter