EL VATICANO. -El Papa ha subrayado que es «inmoral» el uso y la posesión de armas nucleares al tiempo que ha instado a respetar los acuerdos de desarme, tras defender que es algo «engañoso» y «autodestructivo» pensar que la «seguridad de unos está desconectada de la de otros».
«El precio del incumplimiento se paga inevitablemente en número de vidas inocentes y se mide en términos de carnicería y destrucción», ha subrayado Francisco en un mensaje leído, como es habitual, por el secretario del Vaticano encargado de las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher durante la primera reunión en Viena (Austria) de todos los Estados miembros del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.
El pasado 22 de enero del 2021 entró en vigor el Tratado Internacional para la Prohibición de las Armas Nucleares, después de que Honduras se convirtiera en el quincuagésimo país en ratificar el texto, que obliga a los firmantes a no desarrollar, probar, producir, fabricar, adquirir, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos explosivos de carácter nuclear en ninguna circunstancia. La Santa Sede fue el primer Estado en firmar y ratificar este Tratado que se considera el primer instrumento de derecho internacional humanitario que mitiga las consecuencias humanitarias catastróficas causadas por el uso y el ensayo de armas nucleares.
«El mundo –señala el Papa en su mensaje– parece estar en una encrucijada. La valiente visión de este instrumento jurídico, fuertemente inspirado en argumentos éticos y morales, parece cada vez más pertinente».
Francisco ha señalado que es «inmoral» el uso de armas, pero también «su mera posesión» al tiempo que ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para detener «la carrera armamentística».
Para el Pontífice, «no hay lugar para las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva». Su posesión es, a su juicio, «una responsabilidad peligrosa y costosa». Además, ha alertado de que las consecuencias humanitarias y medioambientales de su uso serían «catastróficas», con «efectos devastadores, indiscriminados e irreprimibles, en el tiempo y en el espacio».
Al mismo tiempo, ha advertido de que no se puede ignorar «la fragilidad que se deriva de la simple posesión de estas armas». Así, ha avisado del riesgo de accidentes, involuntarios o no, que podrían conducir a escenarios muy preocupantes. Además, ha apuntado que la energía nuclear es un «multiplicador de riesgos» que «sólo proporciona la ilusión de una ‘especie de paz'».
El Pontífice ha instado a «silenciar todas las armas y eliminar las causas de los conflictos mediante el recurso incansable a la negociación». «Los que hacen la guerra… se olvidan de la humanidad», ha condenado. Del mismo modo, ha considerado que la paz es un bien «indivisible» y que para ser «verdaderamente justa y duradera, debe ser universal». «Es un razonamiento engañoso y autodestructivo pensar que la seguridad y la paz de unos está desconectada de la seguridad y la paz colectiva de otros», ha remachado.
Europa Press- Video Vatican News