Este es un artículo de opinión de Joseph Chamie, demógrafo, consultor independiente y exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas.
PORTLAND, Estados Unidos – Es hora de que los países, especialmente aquellos con poblaciones humanas que crecen lentamente y envejecen, den la bienvenida a los androides, es decir, los robots humanoides con apariencia y comportamiento similares a los humanos, incluido el habla, la vista, el oído, la movilidad y la inteligencia artificial.
Los androides no solo complementarían y ampliarían la oferta laboral de un país, sino que también aumentarían la productividad, reducirían los costos, aumentarían las ganancias, ofrecerían instrucción, reducirían los accidentes, asistirían en desastres y brindarían seguridad, vigilancia, extinción de incendios y seguridad.
La introducción de androides en las sociedades humanas sería especialmente beneficiosa para las poblaciones que crecen lentamente y envejecen. Tras el rápido crecimiento de la población del siglo XX, las tasas de crecimiento demográfico se están desacelerando y las poblaciones están envejeciendo a nivel mundial.
Mientras que la población mundial crecía a una tasa anual de 1,3 % a principios del siglo XXI, se espera que para mediados de siglo la tasa disminuya a 0,5 %. Se espera que las tasas anuales de crecimiento de la población de las principales regiones disminuyan durante ese período, y se prevé que la tasa de crecimiento de la población de Europa disminuya a -0,3 % (Gráfico 1).
Con respecto al envejecimiento de la población, los países de todo el mundo están envejeciendo más que nunca. Se espera que la proporción de personas de 65 años o más en el mundo, por ejemplo, se duplique con creces durante la primera mitad del siglo XXI, de aproximadamente 7 % en 2000 a 16 % para 2050.
Entre las principales regiones, las poblaciones de Europa y América del Norte son las más envejecidas. Durante la primera mitad del siglo XXI, se espera que sus proporciones de personas mayores de 65 años casi se dupliquen, alcanzando el 28 y el 23 % para 2050, respectivamente (Gráfico 2).
Durante las últimas décadas, varios tipos de androides, o robots humanoides, han aparecido en películas, libros, videojuegos y exposiciones futuristas. Sin embargo, las empresas de tecnología han tardado comparativamente en llevar al mercado las últimas investigaciones y avances en androides, incluida la robótica, la inteligencia artificial, la conversación, la locomoción bípeda y tecnologías relacionadas.
La única excepción notable al uso de androides ha sido la industria del sexo. Esas empresas se han adelantado con el rápido desarrollo de los «sexbots«. Esos androides son robots o muñecos realistas con forma humanoide, movimientos corporales, inteligencia artificial, oído, vista, habla y diseñados para tener relaciones sexuales con humanos.
Se cree que el mercado de los sexbots es enorme, y algunos están convencidos de que son el futuro del sexo. Los sexbots de aspecto realista tienen inteligencia artificial para una conversación sencilla, están programados para imitar las emociones humanas básicas y pueden realizar actos sexuales con humanos.
Según un estudio reciente en Estados Unidos, por ejemplo, 40 % de los adultos tendrían sexo con un sexbot al menos una vez para probarlo. La probabilidad de que los hombres accedieran a tener sexo con un sexbot es superior que la de las mujeres en 21 %.
La mayoría de las personas están acostumbradas a interactuar con inteligencia artificial en sus teléfonos celulares, computadoras y otros dispositivos electrónicos. Hoy en día, la mayoría de esas comunicaciones, que se proporcionan tanto de forma oral como escrita, se centran en dar direcciones, información, explicaciones, compras, juegos, música, entretenimiento, actividades sociales y varios tipos de datos.
Al igual que el uso de la robótica para fabricar bienes y brindar servicios, los androides podrían utilizarse para realizar una amplia gama de actividades y servicios, incluidas tareas aburridas, repetitivas, arriesgadas y peligrosas.
Los dispositivos robóticos ya han recorrido millones de millas de forma autónoma, han participado activamente en la exploración espacial y han reducido el aburrimiento y las lesiones de los humanos al realizar tareas aburridas, difíciles y peligrosas.
Los androides pueden realizar una variedad de trabajos, como recepcionista, vendedor, guardia, asistente, traductor e informante.
Los androides podrían responder preguntas básicas, dirigir personas a oficinas e individuos, recordar nombres y rostros, traducir idiomas, registrar información, hacer llamadas telefónicas, ayudar en rescates, monitorear la salud de las personas, brindar atención y alertar a las autoridades cuando se necesita intervención humana.
Por ejemplo, la androide Nadine es recepcionista en una universidad de Singapur que da la bienvenida a los visitantes y responde preguntas. La androide Erica es una presentadora de noticias en la televisión japonesa que informa las noticias y eventos diarios y Sophia es el primer androide a la que Arabia Saudí le otorga la ciudadanía.
Los androides en un hospital de campaña en Wuhan, China, realizan servicios, miden temperaturas, desinfectan dispositivos, entregan alimentos y medicamentos y entretienen a los pacientes. Y el androide Kime es un camarero en España que además de servir comida puede servir 300 vasos de cerveza por hora.
Sumado a realizar tareas rutinarias y brindar servicios, los androides podrían utilizarse para reducir los sentimientos de soledad, que han aumentado como resultado de la pandemia de covid-19.
Para aquellas personas que sufren una soledad grave, incluidas las personas mayores limitadas por la demencia y la enfermedad, los androides podrían ofrecer conversación y también brindar compañía a quienes carecen de pareja. Los androides también podrían ofrecer entretenimiento y facilitar la interacción social.
Además, la presencia y las interacciones con androides pueden ayudar a reducir la sensación de estrés, fomentar actividades de bienestar y mejorar el funcionamiento mental. Los androides también podrían monitorear el comportamiento humano y el estado de salud.
Los androides también pueden estar disponibles 24/7.
Además, a diferencia de los humanos, los androides no se sienten frustrados, impacientes o enojados. Y dado que no juzgan, no tienen prejuicios ni sesgan el comportamiento o la apariencia humana, las personas pueden sentirse más libres para expresar sus verdaderos sentimientos y pensamientos.
Adicionalmente, los androides podrían ayudar a las personas con limitaciones funcionales. Con el habla, la vista, el oído, la ubicación y el movimiento, los androides pueden ayudar y asistir a las personas con funciones limitadas o que carecen de ciertas funciones para la vida diaria.
A pesar de que los androides son potencialmente capaces de contribuir y mejorar los lugares de trabajo y los hogares, persisten las preocupaciones, los temores y las reticencias sobre su uso.
Por ejemplo, a algunos les preocupa que los androides reemplacen a los trabajadores, como ha sido el caso con el aumento del uso de la robótica en la fabricación, especialmente en la industria automotriz.
Sin embargo, aunque se reducirán ciertos puestos de trabajo y se desplazará a los trabajadores, se espera que aumenten las oportunidades de empleo en otras áreas de la economía.
Otro ejemplo: mientras que el número global de robots en la fabricación en 2021 aumentó a 126 por cada 10.000 empleados, o casi el doble del nivel en 2015, las oportunidades de empleo han seguido aumentando.
Además, la cantidad de robots por cada 10.000 empleados en muchos países avanzados ha alcanzado niveles sustancialmente más altos, como 932 en Corea del Sur, 605 en Singapur, 390 en Japón y 371 en Alemania. Sin embargo, la demanda de mano de obra en esos países sigue siendo alta y los niveles de desempleo son comparativamente bajos (Gráfico 3).
También se han planteado cuestiones éticas con respecto a la introducción de androides en las sociedades humanas. Por ejemplo, dado que su apariencia, inteligencia, habla y comportamiento se parecerán a los humanos, algunos han preguntado si los androides deberían estar dotados de personalidad que implique ciertos derechos, deberes y leyes especiales.
Si bien tales preguntas éticas no son preocupaciones inmediatas, ahora se plantean preguntas similares sobre el uso responsable de la inteligencia artificial, como la tecnología de reconocimiento facial. Sin embargo, algunos han sugerido que los androides, en lugar de ser temidos, pueden convertirse en aliados de los humanos.
Otros han expresado temores de que los androides con inteligencia artificial puedan rebelarse y dañar a los humanos. Esos temores, que han sido la trama de algunas películas y libros de ciencia ficción populares, tienden a ser muy exagerados. Es poco probable que la inteligencia artificial logre la autoconciencia o se vuelva consciente en el corto plazo y los custodios del software podrían apagar un androide.
Sin embargo, algunos continúan enfatizando los peligros y expresando advertencias sobre el posible desarrollo inminente de androides con una inteligencia artificial mayor que la de los humanos. Las máquinas sensibles, afirman, representan una amenaza más probable para las sociedades humanas que el cambio climático, la proliferación nuclear o las pandemias.
Se han introducido prototipos de androides en varios países, incluidos China, Alemania, Irán, India, Japón, Rusia, Singapur, Corea del Sur, España y el Reino Unido. Muchos de los líderes en esos países han reconocido las funciones vitales que los androides podrían realizar para las sociedades y se cree que el mercado de androides está listo para una rápida expansión.
Es hora de que los países faciliten y promuevan la inclusión de androides en establecimientos comerciales, oficinas gubernamentales, lugares públicos y hogares personales. Dar la bienvenida a los androides a las sociedades humanas hará avanzar el futuro tecnológico de los países y contribuirá a abordar las poblaciones que crecen lentamente y envejecen.
Joseph Chamie es demógrafo consultor, exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro más reciente, “Nacimientos, fallecimientos, migraciones y otros asuntos importantes sobre población”.
T: MLM / ED: EG
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