ROMA (Italia) – El Papa Francisco avisa de que la Iglesia no es «una élite» de sacerdotes y consagrados y ha instado a redescubrir los frutos del Concilio Vaticano II. porque hay que «salir de la lógica del siempre se ha hecho así'» y del «reduccionismo» que acaba por querer «enmarcarlo todo siempre en lo ya conocido y practicado».
«Estamos en un camino, y una etapa fundamental de este camino es la que estamos viviendo con el Sínodo, que nos pide salir de la lógica del ‘siempre se ha hecho así’, de la aplicación de los mismos esquemas de siempre, del reduccionismo que acaba por querer enmarcarlo todo siempre en lo ya conocido y practicado», destaca el Pontífice en el prólogo del libro “Juan XXIII. Un Concilio para el mundo”, publicado por la editorial Bolis sobre el Concilio Ecuménico Vaticano II, impulsado por Juan XXIII y llevado a término por San Pablo VI.
Según señala el Papa en este texto publicado con antelación por el diario La Stampa, este concilio «no ha sido aún plenamente comprendido, vivido y aplicado». Con todo, señala como frutos de la reunión eclesial, de la que se cumplen 60 años, «la importancia del pueblo de Dios», que figura como «categoría central en los textos conciliares, recordada nada menos que ciento ochenta y cuatro veces».
«Esto nos ayuda a comprender que la Iglesia no es una élite de sacerdotes y consagrados y que cada bautizado es un sujeto activo de la evangelización», subraya.
Del mismo modo, alerta del «riesgo de caer en la tentación del desánimo y del pesimismo» cuando la Iglesia fija la mirada «en los males que afligen al mundo en lugar de mirar al mundo con los ojos de Jesús». «Es decir, considerándolo un campo de cosecha, donde podemos sembrar con paciencia y con esperanza», concluye.
Fuente Europa Press / foto Twitter