MADRID (España).- Los peces pequeños podrían desempeñar un papel importante en la lucha contra la malnutrición y la crisis de inseguridad alimentaria en todo el mundo.
Según revela un nuevo estudio publicado en la revista Nature Food especies pequeñas como el arenque, la sardina y la anchoa son la fuente más barata de pescado nutritivo que se encuentra en muchos países de ingresos bajos y medios, y a menudo se capturan en grandes volúmenes en las aguas de las naciones donde la gente sufre desnutrición.
Estos hallazgos son vitales dado que actualmente hay unos 3,000 millones de personas que viven en el sur de Asia y el África subsahariana que no pueden permitirse una dieta nutritiva y saludable. Las deficiencias de micronutrientes esenciales están relacionadas con enfermedades como la mortalidad materna y el retraso en el crecimiento, y son cada vez más frecuentes en todo el mundo.
La malnutrición está aumentando en el África subsahariana, y en el 2020, 10 millones de niños sufrieron emaciación y 55 millones sufrieron retraso en el crecimiento debido a dietas inadecuadas. Sin embargo, este nuevo estudio dirigido por científicos de la Universidad de Lancaster, en Reino Unido, revela que en el África subsahariana, sólo el 20% de los pequeños peces pelágicos capturados localmente podría proporcionar a todos los niños menores de cinco años que viven cerca del mar o de los lagos una ración diaria de marisco nutritivo.
El doctor James Robinson, de la Universidad de Lancaster, que dirigió el estudio, destaca en un comunicado que sus resultados «demuestran que los nutrientes fundamentales para combatir la malnutrición están al alcance de las personas vulnerables que viven cerca de los ecosistemas costeros y de agua dulce en todo el mundo. Estos pequeños peces capturados localmente contienen nutrientes esenciales para mantener una dieta sana, se capturan ya en cantidades suficientes y son asequibles. Las pesquerías de pequeños pelágicos deben pescarse de forma sostenible, y las capturas deben llegar a las poblaciones locales vulnerables».
La investigación forma parte del proyecto ‘Iluminando las cosechas ocultas’, en el que un equipo internacional de investigadores y científicos pesqueros recopiló datos sobre el volumen de las capturas y datos económicos y de nutrientes de más de dos tercios de las capturas pesqueras mundiales, que incluyen casi 2.350 especies. Los resultados identificaron el pescado más asequible y nutritivo en 39 países de ingresos bajos y medios, y ayudarán a informar a las políticas de salud pública y pesca en lugares donde los datos sobre los nutrientes del pescado son escasos.
Estas pequeñas especies, conocidas como peces pelágicos por la parte de los mares y lagos en la que se encuentran, dan en el clavo de ser altamente nutritivas, se capturan en abundancia y, lo que es más importante, son también los peces más asequibles, especialmente en los países de bajos ingresos. Los pequeños peces pelágicos son ricos en hierro, zinc, calcio, ácidos grasos omega-3 y selenio y son hasta dos veces más asequibles que otros grupos de peces. Los arenques, las sardinas y las anchoas resultaron ser los pescados nutritivos más baratos en 28 de los 39 países estudiados. Las especies demersales de agua fría, como el bacalao y las platijas, resultaron ser las menos asequibles.
La asequibilidad de los distintos pescados se midió mediante comparaciones con el coste de los alimentos básicos locales más baratos, como el arroz o los tubérculos. Esto permitió a los investigadores comparar los precios del pescado entre países con diferentes niveles de renta y sistemas alimentarios.
La coautora, doctora Kendra Byrd, del Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de Greenwich (Reino Unido), recuerda que «el pescado es un alimento animal clave en el Sur Global, ya que proporciona una fuente local y barata de micronutrientes como el hierro y el zinc. Hasta ahora, los gobiernos y otras instituciones carecían de datos suficientes sobre las especies de pescado que más beneficios aportarían a la salud pública -prosigue-. Dar prioridad a los peces pelágicos pequeños para el consumo de la población local vulnerable, como los niños, las madres o los ancianos, puede ayudar a resolver las deficiencias comunes de nutrientes como el calcio, el hierro y el zinc, aportando enormes beneficios para la salud pública».
Sin embargo, los investigadores destacan que el suministro de estos pequeños peces se ve amenazado por la sobrepesca, así como por la competencia de la demanda global internacional y de industrias como la de los piensos y los aceites de pescado.
El doctor Godfred Asiedu, de la Actividad de Recuperación de Pesquerías de Ghana y otro de los coautores de la investigación, destaca que «la necesidad de fuentes de alimentos accesibles a nivel local, baratas y nutritivas nunca ha sido mayor. Nuestro estudio ayuda a arrojar luz sobre las contribuciones medioambientales, sociales, económicas y de gobernanza ‘ocultas’ de la pesca a pequeña escala, centrando la atención en la importancia de la elaboración de políticas para una gestión sostenible y equitativa de la pesca a pequeña escala».
Fuente Europa Press / foto twitter