BRASILIA (Brasil).- El juez del Tribunal Supremo de Brasil, Alexandre de Moraes (foto), ha ordenado a la Policía Federal llevar a cabo más de cien operativos en relación a las protestas convocadas por los seguidores del aún presidente Jair Bolsonaro para protestar por su derrota en las pasadas elecciones.
El objetivo de estos operativos es depurar responsabilidades por los bloqueos en las carreteras que se registraron apenas se supo que Luiz Inácio Lula da Silva se había impuesto en la segunda vuelta de aquellas reñidas elecciones.
Los operativos se han llevado a cabo en ocho estados, siendo los de Espíritu Santo, Mato Grosso del Sur, Paraná y Santa Catarina, aquellos en los que más dispositivos de este tipo han sido desplegados.
Además de registro e incautaciones, De Moraes ha emitido órdenes de prisión, captura y congelación de bienes y quiebras del sigilo bancario. Entre los objetivos están conocidos diputados afines a Bolsonaro, como el militar en la reserva Lucinio Castelo de Assumção, conocido ‘Capitão Assumção’, y Carlos Von, ambos en Espíritu Santo, informa el diario O Globo.
«La Policía ha ido para allá y me cogió el ordenador», ha confirmado Von, quien tiene el pasaporte retirado y ha negado haber participado en «manifestaciones antidemocráticas», ni haberse pronunciado en contra de la validez de los resultados de las elecciones.
Por su parte, De Assumção ha asegurado que la operación ordenada por De Moraes contra él solo tiene una finalidad «política» para «avergonzarle» ante la opinión pública, ya que a su juicio «no hay mínimos indicios» de su participación en estos actos ni en los ataques al Tribunal Supremo.
Este lunes, durante la entrega de las credenciales a Lula da Silva por parte del Tribunal Superior Electoral (TSE), De Moraes ya alertó de que los autores de los «ataques antidemocráticos» serían «plenamente responsabilizados» y un día después contó que «todavía quedaba mucha gente sin detener y mucha multa sin aplicar».
El mismo día que Lula recibió las credenciales se produjeron violentes protestas en Brasilia por parte de los acólitos de Bolsonaro que se niegan aún a reconocer la victoria de Lula da Silva. Numerosos vehículos fueron incendiados, el mobiliario urbano vandalizado e incluso intentaron asaltar una sede de la Policía Federal.
Fuente Europa Press / foto Twitter