LONDRES.- El arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra, Justin Welby (foto), ha instado a los parlamentarios británicos a que rechacen el suicidio asistido, ante el debate de una nueva ley en la Cámara de los Comunes en los próximos días.
Este proyecto legislativo permitiría a los médicos en determinadas circunstancias a ayudar a morir a aquellos pacientes que padezcan enfermedades terminales.
El líder de los anglicanos, junto con los jefes de otros grupos cristianos, judíos, musulmanes y sijs, han emitido una carta conjunta instando a los diputados a rechazar esta iniciativa.
Welby advirtió de que el Reino Unido va a cruzar un «Rubicon legal y ético» ante el que no habría marcha atrás, si se cambia la ley sobre el suicidio asistido en Inglaterra y Gales.
Para el arzobispo, la aprobación de este proyecto significaría contemplar el suicidio como un «apoyo activo» para el paciente en lugar de ser visto como «una tragedia».
La iniciativa legislativa, a su juicio, no se limita solo a «meramente legitimar el suicidio» sino que lo apoya «activamente», al tiempo que supone «un cambio de proporciones monumentales» tanto en la normativa actual como en el papel de los médicos.
«El respeto por las vidas de los demás va al corazón de nuestras dos leyes de los derechos penales y humanos, y no debería ser abandonado», sentenció el arzobispo, quien apuntó que modificar la ley pondría a miles de personas vulnerables en situación de riesgo.
De ser aprobado, el texto permitiría a los médicos prescribir una dosis letal de medicamentos a pacientes terminales, a los que previsiblemente les queden menos de seis meses de vida, pero no contempla la eutanasia voluntaria fuera de ese periodo.
El Parlamento autónomo de Escocia rechazó en mayo por 82 votos contra 36 otra ley que preveía legalizar el suicidio asistido para personas con enfermedades terminales.