BRASILIA (Brasil).- Las consecuencias políticas del asalto a las instituciones de Brasil del 8 de enero ya han comenzado a sentirse y algunos de los gobernadores recientemente elegidos ya están gestionado sus salidas a otros partidos en un intento por alejarse del bolsonarismo de cara a futuros procesos electorales a nivel nacional.
El cambio de siglas en Brasil es bastante común, siendo el expresidente Jair Bolsonaro ejemplo de ello. En sus más de tres décadas en política ha formado parte de una decena de partidos, llegando incluso a no estar en ninguno poco después de ser elegido en el 2018 por el Partido Social Liberal (PSL) y esperar hasta el último momento para afiliarse al Partido Liberal (PL) en busca de su fallida reelección.
El reelegido gobernador de Río de Janeiro haciendo gala de su cercanía con Jair Bolsonaro, Cláudio Castro (foto), ya negocia su salida del PL, en un momento además en el que se evidencia no solo menos hostilidad hacia el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, sino también cierta cercanía.
En Río, si bien los choque entre Castro y el PL han sido una constante, las diferencias entre él y el partido sobre quién debería presidir la Asamblea Legislativa carioca han acabado por desencadenar el divorcio. Sin embargo, desde la formación sostienen que las prisas del gobernador están motivadas por sus ganas de desvincularse del bolsonarismo y establecer relaciones con el Gobierno de Lula.
Además, se suma la mala relación que mantiene con el senador Flávio Bolsonaro, uno de los hijos del expresidente, quien no le perdona haberse desprendido de primeros espadas del bolsonarismo cuando logró la reelección a gobernador.
A pesar de los acercamientos con el nuevo Gobierno, Castro está lejos de afiliarse al Partido de los Trabajadores (PT) y sí del ultraconservador Progresistas, donde la rama bolsonarista es mucho más pequeña. Unión Brasil, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y el Partido Social Democrático (PSD), nuevos socios del PT, también le han abierto sus puertas, cuenta ‘O Globo’.
El PSD también podría ser el nuevo hogar del gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, quien ya nombró como secretario de Gobierno al fundador de este partido y exministro con la expresidenta Dilma Rousseff, Gilberto Kassab. Ambos se reunieron en enero con Lula. «Ahora somos socios», dijo de él y el presidente.
En el lado opuesto está el gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, del libertario Novo, quien plantea irse al PL y consolidarse como principal opositor de Lula de cara a las próximas elecciones, una vacante ahora disponible después de que el presidente Bolsonaro, de estadía en Estados Unidos, tenga difícil presentarse ante los más que previsibles procesos judiciales que se le irán presentando.
El propio presidente del PL, Valdemar Costa Neto, no ha ocultado su interés en contar con Zema, uno de los activos de Bolsonaro en la campaña electoral de la segunda vuelta. La próxima semana está prevista además una reunión con diputados liberales de Minas Gerais, que sostienen que Novo «no valora» al gobernador, para solucionar una serie de desencuentros en la Asamblea estatal.
Fuente Europa Press / foto Twitter