Fuerte polémica ha desatado el retorno de deportistas de Rusia y Bielorrusia a un torneo en Nueva Delhi, sede de los mundiales femeninos de boxeo.
Además de la admisión de púgiles de los mencionados países, separados de las competiciones internacionales desde que se inició la guerra de Ucrania, la federación internacional (IBA), suspendida por el COI, ha otorgado a esta cita en la India el nivel de torneo clasificatorio para París 2024, sin contar con el organismo olímpico, que se había hecho encargado del sistema de selección para los futuros Juegos.
Diversos países, entre ellos Estados Unidos, Irlanda (segundo clasificado en la edición previa), Gran Bretaña y Ucrania, decidieron boicotear los mundiales ante la presencia de rusas y bielorrusas. Estas boxeadoras no participaron en los mundiales de 2022, debido a que regían las medidas tomadas luego de la invasión de Ucrania.
La delegación rusa será esta vez, junto a la de Kazajistán, la mayor con 35 púgiles, si bien se prevé que compitan 12, una por peso, y el resto llegan como reservas. Las rusas se llevaron los penúltimos mundiales, los de 2019, con tres medallas de oro, una de plata, además de dos de bronce.
Bielorrusia con seis participantes
En medio de las tensas relaciones entre el COI y la IBA, que preside el ruso Umar Kremlev, el comité olímpico envió a los campeonatos del mundo a un conjunto de observadores, a cargo de la auditoria PrincewaterhouseCoopers, que comprobará si, como asegura la federación, estos serán los mundiales «más justos y más transparentes» y si hay avances en las reformas del COI en arbitraje, así como en gobernabilidad.
La IBA está suspendida desde el 2019 a consecuencia de sus irregularidades. En los Juegos de Tokio el COI se encargó de la clasificación, al igual que lo hará en París 2024, si bien la federación anunció en febrero pasado su propia hoja de ruta, con estos mundiales de Nueva Delhi como primer torneo clasificatorio.