El presidente de la Asociación de Museos del Perú, Pedro Pablo Alayza, sostuvo que el trabajo del Lugar de la Memoria significa que la sociedad entienda y acepte ciertas situaciones y reconozca en la tragedia colectiva, en el recuerdo de los hechos, alguna forma de digerir la desgracia y hacerla aceptable.
“El museo en general es un lugar de memoria, es un lugar de recuerdo. Cuando alguien visita un museo siempre hay temas que le vienen por la pintura, por lo que fuera. Evocan episodios personales, grupales, recuerdos de familias, migraciones, etc.”, apuntó.
El tema del Lugar de la Memoria es más profundo, todavía, ahondó Alayza. Dijo que en países como Perú, Chile, Argentina, básicamente son los tres países que han tenido mucha violencia política.
Recordó que en estos tres países los regímenes autoritarios actuaron de una forma brutal contra la población porque se dio una serie de situaciones atroces que, en muchos casos, “es el drama silencioso de los desaparecidos”.
“El hecho de que una persona fallezca ya es una tragedia, pero de algún modo el primer acto cultural de la humanidad es el entierro”, explicó.
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Y agregó: “Se reconoce ahí el inicio del comportamiento humano. No poder enterrar a un familiar es un drama adicional a la muerte. Entonces, ese tipo de cosas son a veces difíciles de entender”.
El por qué la sociedad debe considerar importante sanar a través de estos rituales, es porque “cada momento de la vida tiene una consecuencia y uno adquiere un nuevo rol en la sociedad”.
“Entonces, morir es parte de la vida. En el momento de fallecer la familia tiene que cerrar el vínculo. Y eso no se puede evitar”, puntualizó.
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