Argentina, Brasil, Chile, Venezuela, Paraguay y Uruguay han tendido una mano a los sirios que huyen de la guerra civil, en momentos en que Europa afronta a diario la llegada de miles de personas que han cruzado el Mediterráneo para ponerse a salvo y la ONU advierte de una creciente xenofobia hacia ellos.
Algunos de estos países latinoamericanos ya tenían normativas específicas para la entrada de los sirios y las han ampliado o divulgado para que haya más solicitantes, mientras que otros se han sumado ahora a los llamamientos a la solidaridad hechos desde organismos internacionales y también por el papa Francisco.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, opinó hoy en México que América Latina debe abrirse a ofrecer asilo a familias sirias.
Precisamente el Gobierno chileno comenzó hoy a estudiar los beneficios que el Estado proveerá a los sirios que se propone acoger como refugiados en un número aún no determinado pero definido como «importante» por la presidenta Michelle Bachelet.
La Cancillería chilena, junto a otras instancias, inició la revisión de antecedentes para identificar cuáles serán los beneficios para los refugiados, para acogerlos en el «más breve plazo», y está adoptando medidas para facilitar y acelerar la tramitación de visas a los sirios que lo han solicitado.
En 2014 y 2015 se han otorgado 277 visas de turismo o residencia a ciudadanos sirios, según cifras de la Cancillería.
El exministro Sergio Bitar, de ascendencia siria, dijo a los periodistas que «una cifra mínima» planteada al Gobierno chileno fluctúa entre 50 y 100 familias.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue mucho más allá y este lunes anunció que su país dará refugio a 20.000 sirios que «están en la diáspora».
El gobernante dijo sentir «dolor» por la situación del pueblo sirio y pidió apoyo a la comunidad árabe para su propósito de ayudar a los desplazados.
También este lunes la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó que a pesar de las dificultades económicas y de la crisis política, su país tiene los «brazos abiertos» para los refugiados, principalmente de Siria.
«Aprovecho para reiterar la disposición del Gobierno para recibir a los que, expulsados de sus patrias, quieren venir a vivir aquí para trabajar y contribuir a la prosperidad y paz de Brasil», expresó Rousseff en un vídeo en el que hizo referencia al niño sirio Aylan Kurdi, que se ahogó junto a su madre y un hermano frente a la costa de Turquía, cuando intentaban llegar a Europa.
Desde hace cuatro años un 25 % de los pedidos de refugio concedidos por el Gobierno brasileño es de ciudadanos sirios.
En Brasil hay actualmente 2.000 sirios huidos de la guerra y el Ministerio de Justicia ya ha anunciado que renovará en los próximos días la resolución de hace dos años que facilita la aceptación de personas de esa procedencia como refugiados, la cual vence este mes.
El Gobierno argentino también ha anunciado que prorrogará por un año más el programa especial de visado humanitario para extranjeros afectados por el conflicto de Siria vigente desde octubre de 2014.
Según la Dirección General de Migraciones de Argentina, son un centenar las personas beneficiadas con ese programa. El requisito para poder acogerse al mismo es tener «un vínculo de parentesco o afectividad» con un ciudadano argentino.
Desde que empezó el conflicto en Siria hace cuatro años, Paraguay ha concedido refugio a 23 ciudadanos de ese país, mientras que otras 40 peticiones aún están pendientes, según informó a fines de agosto la Comisión de Refugiados de Paraguay (Conare).
El mes pasado el Estado paraguayo concedió la condición de refugiadas de siete personas de origen sirio que llegaron al país suramericano con pasaportes israelíes falsos que les vendieron en un paquete de viaje para llegar a España.
Los siete viven ahora en Paraguay con la ayuda de la asentada comunidad sirio-libanesa, que les asiste en lo básico.
En Uruguay viven refugiadas desde octubre de 2014 cinco familias sirias, que suman 42 personas, en su mayoría niños.
Desde este lunes los refugiados están acampados frente a la sede de Gobierno en Montevideo para reclamar que se les facilite la salida del país, principalmente hacia Líbano, porque consideran que con las ayudas que reciben no pueden tener un futuro digno.
Maher Adis, uno de los padres de familia, destacó que en Líbano, donde fueron acogidos en un campamento antes de venir a Suramérica, el precio de la vida era «mucho más barato».
La inflación en Uruguay en los últimos doce meses llegó hasta el 9,4 % y el precio de una canasta básica es unos 134 dólares.
La llegada de otras siete familias sirias -72 personas- que estaba prevista para febrero pasado ha sido postergada previsiblemente para finales de 2015 por el Gobierno uruguayo.
En Centroamérica ningún país ha recibido peticiones para acoger a refugiados sirios ni se ha planteado por ahora esa posibilidad, según comprobó Efe al preguntar a las cancillerías.
Un portavoz de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) de El Salvador dijo que «el costo para traerlos por esta ruta es muy alto».
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha pedido a los líderes europeos unidad ante la llegada masiva de refugiados al continente y firmeza ante la «creciente xenofobia, discriminación y violencia» hacia ellos, informó hoy su portavoz, Stéphane Dujarric. (EFE)