ZARAGOZA (España).- «Música al Raso» acoge, en su segunda jornada, a dos importantes figuras del folklore: la peruana Susana Baca y los aragoneses Joaquín Pardinilla Sexteto. Tras un inmejorable pistoletazo de salida con una jornada protagonizada por la música urbana interpretada por mujeres, los conciertos de este jueves, 25 de mayo, tendrán lugar en la Plaza San Bruno.
Hasta el 15 de junio pasarán por este ciclo un total de 15 artistas nacionales e internacionales que desplegarán ritmos de rock, jazz, blues, pop, electrónica o folklore latino en el escenario Ibercaja de la plaza San Bruno y en el escenario Ambar del Jardín de Invierno del parque José Antonio Labordeta. Todos los conciertos de este ciclo, impulsado por el Ayuntamiento, son de acceso libre.
Susana Baca es una figura clave de la música latinoamericana y uno de los nombres más relevantes del folklore peruano. La artista saldrá al escenario Ibercaja de la plaza San Bruno a las 21.00 horas. Cantante, compositora, investigadora e impulsora de la recuperación de las raíces afroperuanas, sus más de veinte trabajos publicados a lo largo de su trayectoria configuran un mapa racial y emocional de vital importancia en la tradición cantora de su país.
Las letras de Susana Baca son una declaración de intenciones con respecto a la situación de la mujer, de la esclavitud y el racismo, así como un testimonio recuperado de numerosas voces y sonidos perdidos por el paso del tiempo. Su música es jovial y vitalista, pero al mismo tiempo reflexiva.
La jornada habrá comenzado a las 19.30 horas con Joaquín Pardinilla Sexteto, una formación que lleva unos años interpretando su especial visión del folklore aragonés por todo tipo de escenarios. El misterio, la gracia y la riqueza de la música tradicional están en el alma del grupo, sobre todo, el sexteto se recrea y se inspira en sus significados, en sus mensajes ocultos, en la evidente riqueza y calidad musical del repertorio popular, en la fuerza de los timbres y los ritmos o en la palabra.
El grupo busca en los cancioneros, pero también en la arquitectura, en el paisaje, en la literatura, en la misma imaginación. Se convierte así en un laboratorio donde los músicos buscan un equilibrio en el que reconocerse y un lenguaje sonoro que aportar en el ámbito de la música de raíz.
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Fuente y foto Prensa Latina