MADRID (España).- El Papa Francisco reflexiona, en el libro «Busca tu horizonte» (Romana Editorial y L.E.V.), en el que mantiene un diálogo con el sacerdote Davide Banzato, sobre la guerra en Ucrania y la crisis económica provocada por el conflicto y muestra su preocupación por las dificultades de muchos ciudadanos europeos que «no sabrán cómo pagar la luz».
«Muchos sufren las consecuencias que todavía poco a poco nos erosionan dentro. Y estamos en guerra, en una tercera guerra mundial fragmentada y en una guerra feroz. ¿Y qué hace esta guerra? También ha provocado una crisis económica y financiera. Hoy, sobre todo en Europa, la gente no sabrá cómo pagar la luz, por ejemplo. Tendrán que ahorrar mucho», señala el Pontífice en respuesta a una de las diez preguntas que le plantea Davide Banzato en su libro, que ha sido presentado este miércoles en la sede del Banco Sabadell.
En este sentido, el Papa también lamenta que, en medio de este «momento malo de la historia» al que se refiere como «la desolación humana», los niños ucranianos «han olvidado cómo reír».
«Aquí vinieron muchos niños, muchos de Ucrania y lo que más me conmovió es que no ríen», comenta Francisco recordando su visita a los menores que se encontraban en el Hospital Infantil Bambino Gesù de Roma. «Asisten a las audiencias y son como todos los demás un poco ruidosos, sabes cómo se mueven, pero ellos, estos niños heridos por la guerra no ríen. ¡Quitarle la sonrisa a un niño significa haber creado una tragedia!», exclama el Pontífice.
En la conversación, Bergoglio también insiste, como ya ha manifestado en ocasiones anteriores, en su rechazo a la fabricación de armas, y aborda otros temas como el «endurecimiento de corazón», la «riqueza» o el «clericalismo», sobre el cual vuelve a lanzar una advertencia. «Si reducimos la Iglesia al Vaticano, es como si la identificáramos y viéramos solo como un conjunto de pastores, obispos y el Papa», precisa, al tiempo que añade que un «verdadero obispo» es «un pastor» y «no un empresario ni un directivo».
El autor del libro también dedica un capítulo a los «insoportables» de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia, y pone de relieve la determinación del Papa Francisco, así como de su predecesor, Benedicto XVI, para acabar con estos casos, aunque precisa que este problema afecta en su «mayoría» al ámbito familiar, deportivo y educativo y destaca que «ninguna institución en el mundo» se ha puesto tan «de frente» como la Iglesia católica para erradicar los abusos.
En este sentido, el vicecanciller de las Pontificias Academias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales del Vaticano, Dario Viganò, ha coincidido en la «gran decisión» con la que ha intervenido el Papa Francisco ante el problema de los abusos y ha añadido que, aunque en términos numéricos esta lacra afecta más a otros ámbitos, «siempre es un gran drama».
Además, sobre su elección tras la renuncia de Benedicto XVI, Viganò ha apuntado que el hecho de que hubiera dos Papas, uno en ejercicio y otro emérito, tenía sus inconvenientes como que se creara «el partido de Benedicto y el partido de Francisco» cuando, en realidad, solo había «un Papa». Si bien, también ha destacado que Bergoglio tuvo la ventaja de que «podía preguntarle cosas» a su predecesor.
Asimismo, ha puesto de relieve que con Francisco se ha pasado «de la Iglesia de los rituales y los protocolos», de algo análogo a «la corte del emperador» a «una Iglesia del pueblo de Dios» compuesta por «hombres y mujeres amados por Dios».
En todo caso, en lo que coincide con el sacerdote David Banzato es en que clasificar al Papa Francisco como «progresista o conservador no tiene sentido». A juicio de Banzato, Francisco no es que sea progresista sino que lo que ocurre es que es «capaz de interceptar» al hombre de hoy para «hablarle con el lenguaje adecuado».
Sobre el libro «La Alegría», que desgrana, a lo largo de 224 páginas, la importancia y el valor de la alegría en el pensamiento del Papa Francisco, en torno a tres conceptos –ser, compartir y testimoniar–, Viganò ha destacado que, para el Pontífice, la alegría es «el carné de identidad del cristiano» y ha advertido de la «patología de la tristeza» que consiste en que una persona «se imagina algo» y después no sucede como había pensado.
Fuente Europa Press / foto Twitter