BULAWAYO, Zimbabue – Los países vulnerables, que apuestan a negociaciones climáticas sólidas, quieren un paquete de financiamiento inclusivo para ayudarlos a enfrentar los devastadores impactos del cambio climático.
Los escasos avances de la Conferencia de Bonn sobre el Cambio Climático 2023, la 58 sesión de los Órganos Subsidiarios (SB58) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), han empañado las esperanzas de éxito de las negociaciones climáticas en la 28 Conferencia de las Partes (COP28), que tendrá lugar a fines de año.
La SB58, que se desarrolló en la ciudad alemana de Bonn del 5 al 15 de junio, estuvo marcada por amplios desacuerdos, incluido el de la adopción del orden del día de la COP28 de la CMNUCC, que acogerán los Emiratos Árabes Unidos entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre.
La SB58 también terminó sin resultados concretos sobre una serie de cuestiones clave, como la puesta en marcha del Fondo de Pérdidas y Daños, establecido en la COP27, del año pasado en Egipto, el programa de trabajo de mitigación, el balance mundial (GST, en inglés) y el objetivo mundial de adaptación (GGA).
El balance mundial es un proceso bianual para que los Estados parte verifiquen aquellos puntos en que se está avanzando adecuadamente en el cumplimiento del Acuerdo de París, aproado en 2015 en la COP21, y en aquellos que no.
“Aunque no nos guste el ritmo que han tomado las negociaciones, tenemos que encontrar una solución cuanto antes; está en juego la existencia humana», dijo a IPS Yamide Dagnet, directora de Justicia Climática de la Fundación Open Society (OSF, en inglés).
La fundación ha estado apoyando a la sociedad organizada que trabaja en el cambio climático en la búsqueda de soluciones.
“Necesitamos más esfuerzos para que toda la sociedad sea más resiliente», dijo Dagnet
Para esta especialista, es crucial contar con un paquete financiero para la inversión y el desarrollo alineado con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París.
Dagnet afirmó que existe una necesidad urgente de apoyar la creación de comunidades resilientes porque los efectos del cambio climático son cada vez más frecuentes y graves, destruyendo vidas y medios de subsistencia, especialmente en los países vulnerables.
Además, recordó, del hecho de que los fenómenos meteorológicos extremos también han destruido comunidades y culturas y dañado propiedades.
“Tenemos que trabajar duro, sudar y acelerar el ritmo de las negociaciones sobre nuestra capacidad para encontrar un terreno común y evitar un juego de suma cero”, dijo Dagnet, antiguo negociadora sobre el cambio climático.
Subrayó que las reuniones anuales de Bonn son importantes porque sientan las bases de las COP y en este caso lo han hecho de las negociaciones que tendrán lugar en Dubái, durante la COP28. También ponen de relieve, adujo, donde hay fortalezas y debilidades en la cooperación y cuáles son los puntos de división en afrontar la crisis climática.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en su más reciente informe, hizo un alarmante llamamiento para acelerar las medidas de adaptación al cambio climático al tiempo que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.
También advirtió sobre la enorme brecha existente entre las acciones actualmente en curso y lo que se necesita para hacer frente a los crecientes riesgos del recalentamiento planetario.
Los países desarrollados han pedido que se incluya la adaptación en el balance mundial.
El zambiano Ephraim Mwepya Shitima, presidente del Grupo Africano de Negociadores (AGN), afirmó que debe reconocerse el compromiso de los países en desarrollo con la mitigación del cambio climático.
Pidió que se incluyera un mensaje adicional en ese balance mundial para reconocer esta «fuerte demostración de compromiso por parte de los países vulnerables frente al inadecuado apoyo internacional».
“Los países vulnerables quieren que la mitigación y la adaptación se incluyan en un paquete negociado en la COP28”, dijo Dagnet, tras remarcar que el Grupo de los Siete (G7) más rico debe cumplir su promesa de proporcionar financiación para la adaptación.
“La financiación de las Pérdidas y Daños forma parte del paquete de financiación que se necesita. Pero tenemos que centrarnos en todo, incluida la mitigación y la adaptación para los países vulnerables; de lo contrario, la COP28 no logrará nada», dijo, destacando que los países deben desarrollar planes climáticos más ambiciosos.
El Acuerdo de París acordó mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2° C por encima de los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5° C por encima de los niveles preindustriales.
Sin embargo, los científicos han advertido de que el mundo se ha desviado del objetivo de reducción de emisiones, y el influyente IPCC ha indicado que si se supera el umbral de 1,5° C se corre el riesgo de desencadenar graves impactos del cambio climático, como sequías, olas de calor y precipitaciones más frecuentes y severas.
El tratado climático de París también reconoce que los países industriales deben tomar la iniciativa en la prestación de asistencia financiera a los países pobres y vulnerables, al tiempo que fomenta las contribuciones voluntarias de otras Partes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Hay que luchar por la justicia climática. Esto es un proceso, y si queremos avanzar en la puesta en marcha de un fondo (de pérdidas y daños) creado en la COP27, tenemos que tener claro cómo podemos aportar dinero a ese fondo, y ese dinero no debe aumentar la deuda de los países vulnerables”, señaló Dagnet .
La financiación de la lucha contra el cambio climático es un problema acuciante para los países vulnerables que ya están sufriéndolo impactos del cambio climático. Necesitan adaptarse y mitigarlo mediante la implementación de energías más limpias y sistemas alimentarios resistentes a los efectos de las sequías, las altas temperaturas y las inundaciones.
Los países del Norte industrial, recelosos de su responsabilidad, no han aportado la financiación que prometieron para ayudar a los países vulnerables a reducir las emisiones y adaptarse al cambio climático.
Los 100 000 millones de dólares anuales prometidos hace 20 años no se han entregado, y las perspectivas de que se entreguen son escasas. Si la COP28 lo pone en marcha, el Fondo para Pérdidas y Daños aprobado en la cumbre climática anterior se ayudará a los países vulnerables a hacer frente a las catástrofes provocadas por el clima.
Dagnet afirma que es necesaria una financiación innovadora para las pérdidas y los daños, como la financiación mixta, la filantropía, los impuestos y los gravámenes sobre algunos sectores económicos, como los combustibles fósiles y la aviación.
El secretario general de la ONU, António Guterres, propuso recientemente que los gobiernos ricos graven los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles.
Las Islas Marshall también han propuesto impuestos sobre el transporte marítimo a través de la Organización Marítima Internacional.
Al mismo tiempo, otras iniciativas para financiar la adaptación han incluido la imposición de una pequeña tasa a los vuelos internacionales, que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero, y un impuesto mundial sobre las transacciones de los mercados financieros, que el nuevo fondo podría distribuir.
“Tenemos que cumplir todos los pilares del Acuerdo de París y demostrar que progresamos», afirmó Dagnet, de Open Society.
“Estamos lejos de los objetivos del Acuerdo de París. El impulso a los objetivos de eficiencia energética es realmente bueno, pero al mismo tiempo, no podemos transmitir el mensaje de que seguiremos como hasta ahora con los combustibles fósiles”, concluyó.
T: MF / ED: EG
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