WASHINGTON (EEUU).- Este sábado ha entrado en vigor la Ley SB 1718 de inmigración, una dura reforma impulsada por el gobernador Ron DeSantis que persigue a los inmigrantes indocumentados y obliga a denunciar a los empresarios. La norma ha sido muy criticada por las organizaciones de derechos civiles.
En concreto, la ley y obliga a los empresarios con más de 25 empleados a comprobar su estatus migratorio mediante una base de datos federal conocida como E-Verify.
Los empresarios que no cumplan la ley se enfrentan a multas de 1,000 dólares al día hasta que demuestren que sus trabajadores tienen los documentos requeridos. Amenaza además con retirar de por vida las licencias de funcionamiento a las empresas que reincidan en la contratación de indocumentados.
El texto también contempla hasta 15 años de prisión para los individuos que con pleno conocimiento oculten, alberguen, transporten o protejan a personas que entraron de forma ilegal a Estados Unidos, sin importar si fue por turismo, reuniones de negocios, amigos y hasta familiares.
Se estipulan además cinco años de prisión y multas de 5,000 dólares si la persona indocumentada es mayor de edad y 15 años de cárcel y multas de 10,000 dólares si es menor de edad.
«Si te traes a tu tía a Disney World, a Miami, o a Universal Studios te pueden acusar de un delito por traer a una persona indocumentada a Florida», ha destacado el presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), Domingo García.
«Florida es un lugar peligroso y hostil para los estadounidenses que cumplen la ley y para los inmigrantes», ha denunciado García, cuya organización no recomienda viajar a Florida.
La norma prevé además un presupuesto de doce millones de dólares para el traslado de inmigrantes indocumentados a otros lugares de Estados Unidos y exige a las fuerzas de seguridad la obtención de muestras de ADN de los indocumentados que están detenidos con una orden federal.
La ley prohíbe a las ciudades y condados del estado de Florida la emisión de identificaciones comunitarias y anula los carnés de conducir emitidos por 16 estados y el Distrito de Columbia a conductores sin estatus legal.
Uno de los puntos que más temor ha causado entre los inmigrantes indocumentados es que la ley exige a los hospitales que aceptan Medicaid y a las salas de emergencia pedir a los pacientes su estatus migratorio e informar sobre el costo de la atención de estos pacientes.
Igualmente prohíbe a los ciudadanos chinos comprar terrenos en ninguna parte del estado porque DeSantis «no quiere» al Partido Comunista Chino (PCCh) en Florida. También prohíbe a ciudadanos de Cuba, Venezuela, Rusia, Siria, Corea del Norte e Irán comprar tierras destinadas a la agricultura, así como aquellas que estén cerca de infraestructuras críticas, como aeropuertos, instalaciones militares y centrales eléctricas.
Fuente Europa Press / foto twitter