La decisión de Sala Plena de la Corte Suprema de no emitir pronunciamiento en torno a la inhabilitación de la exfiscal Zoraida Ávalos es una lavada de manos institucional, opinó el exprocurador Antonio Maldonado, tras considerar que lo que correspondía era un mensaje firme en defensa del Estado de derecho.
Fue al referirse al acuerdo por mayoría que adoptó la Sala Plena, órgano supremo de deliberación del Poder Judicial, de no emitir pronunciamiento sobre este tema “porque podría judicializarse con el riesgo de adelanto de opinión en materia constitucional y penal”.
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“Creo que es una lavada de manos institucional. El argumento no se sostiene. Es absolutamente falso sostener que pronunciarse sobre una decisión que afecta claramente la autonomía y la imparcialidad de la institución tutelar de la acción penal pública como es el Ministerio Público traiga como consecuencia que hay que mantener silencio en razón de que puede llegar un caso al sistema judicial. Eso es absurdo”, declaró en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“Es decir, ahí había una oportunidad, por supuesto, de un sector progresista del Poder Judicial que ha sido derrotado […] de tener un pronunciamiento firme en defensa del Estado de derecho. Y mire, no me extraña, porque en realidad todo el Poder Judicial, desde el inicio de la actual Presidencia de la Corte Suprema ha tenido un viraje, un giro hacia posiciones conservadoras”, agregó.
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Un giro conservador
Maldonado Paredes cuestionó, en ese sentido, que haya un giro conservador en la definición de la política institucional del Poder Judicial. Argumentó que lo mismo viene ocurriendo en el Ministerio Público.
“Entonces, ahí hay un giro político, institucional, conservador en el Poder Judicial, y que se expresa en esta derrota de este sector progresista. También hemos visto cómo ciertos magistrados, a los que se consideraban progresistas con una visión liberal de la norma jurídica del Derecho, terminaron produciendo sentencias que también limitaban el derecho a la protesta”, refirió.
“En fin, hay varios elementos que dan cuenta de un giro institucional en el Poder Judicial, al igual que está ocurriendo en el Ministerio Público, y que obedece a una tendencia, que es la que por el momento está siendo predominante desde el Congreso de la República y también desde el gobierno de Dina Boluarte”, indicó.
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El discurso de Javier Arévalo
El exprocurador consideró, finalmente, que leyendo el discurso con el que Javier Arévalo Vela asumió, en enero, la Presidencia de la Corte Suprema se podría prever hacia dónde iba a ir la institución. Mencionó que esos elementos han significado cambios desde el gabinete de asesores hacia abajo en el Poder Judicial.
“Su fuerte descalificación de la protesta social, su llamado a los jueces a ejercer o adoptar medidas fuertes y ejemplares para enfrentar este fenómeno, su descalificación de cualquier intento de reforma constitucional, con una interpretación soslayada y carente de veracidad respecto de los mecanismos que hay para reformar en su integridad o parcialmente la actual Constitución —que es la herencia de la dictadura de Fujimori, intocable hasta el día de hoy— entre otras medidas, significa en ese discurso una ruptura con una tendencia que fue marcada y liderada por la doctora Elvia Barrios”, manifestó.
“Y ese discurso trajo como consecuencia un cambio interno, totalmente, desde el gabinete de asesores para abajo. Recordemos que está ejerciendo la jefatura de dicho gabinete nada menos quien fue por una semana o 10 días presidente del Consejo de Ministros de la señora Boluarte cuando se adoptaron de parte del Gobierno o se omitieron las medidas dirigidas a impedir las represiones de diciembre del año pasado en adelante”, añadió.
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