BERLÍN.- El gobierno alemán apuntó hoy que no ha cerrado las fronteras, sino que sólo puesto en marcha controles en sus límites con Austria para registrar a los refugiados que llegan, por motivos logísticos y también por razones de seguridad.
El portavoz del gobierno alemán, Stefan Seibert, quiso matizar en un encuentro rutinario con medios de comunicación que «la introducción de controles fronterizos no es un cierre».
«Algunos refugiados seguirán entrando», agregó Seibert en relación a los que soliciten asilo político en la frontera, dejando en consecuencia abierto qué sucederá con las personas que no aporten documentación personal o aleguen sólo para entrar motivos económicos.
Los motivos de esta medida, anunciada ayer por sorpresa por el ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, son de carácter logístico y organizativo, pero también por motivos de seguridad nacional.
Berlín sólo pretende «un proceso más controlado», indicó Seibert, aunque admitió que también hay «razones de seguridad» y que el gobierno alemán quiere saber «quién» entra y «cuál es su pasado».
«Las cuestiones de seguridad no se pueden dejar de lado cuando se trata de oleadas de cientos de miles», apostilló Seibert.
No obstante, el portavoz del Ejecutivo alemán subrayó que a Alemania le sigue guiando en esta crisis la «humanidad» y la legalidad, ya que su país seguirá cumpliendo con sus obligaciones legales para con la Constitución alemana como el derecho internacional.
«Alemania sigue cumpliendo con sus compromisos humanitarios y legales», afirmó.
Seibert agregó que Alemania actúa conforme a lo que «exige la situación» actual y negó que el gobierno de la canciller Angela Merkel (foto) haya dado un giro brusco en su política con respecto a la crisis de refugiados este pasado fin de semana.
Alemania prevé que este año lleguen a su país unos 800.000 refugiados, una cifra que cuadruplica la del año pasado y supone una cifra récord. EFE