SANTIAGO DE CHILE.- La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) de Chile condenó hoy la acción vandálica cometida por dos oficiales del Ejército contra un memorial de desaparecidos inaugurado el pasado viernes en las afueras de un recinto militar en Iquique, en el norte del país.
«Actos como éste dan cuenta de que es absolutamente necesario democratizar las fuerzas armadas. Mientras no se apueste claramente por un ejército libre de la presencia de la dictadura estas situaciones se repetirán continuamente», dijo a Efe la dirigente de la AFDD Gabriela Zuñiga.
El domingo de madrugada dos oficiales del ejército, presuntamente bajo los efectos del alcohol, dañaron un monolito y una placa recordatoria en memoria de dos víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, Jorge Marín, de 19 años, y William Miller, de 42, cuyos cuerpos no han sido encontrados hasta la fecha.
Los oficiales, identificados como los tenientes Mauricio Pacheco Urrutia y Pablo Henríquez Fernández, pintaron completamente el frente y la parte lateral de la estructura de piedra y granito inaugurada el pasado viernes 11 de septiembre, a propósito del 42 aniversario del golpe militar de 1973.
«No es la primera vez que nos encontramos con un acto de esta naturaleza. En la Serena, en Talca y en otros municipios ya se habían registrado daños en distintos memoriales de desaparecidos pero ésta es la primera vez que podemos comprobar que los vándalos eran miembros del Ejército«, sostuvo Zuñiga.
El Ejército de Chile a través de un comunicado rechazó lo sucedido y la actitud de los dos oficiales y anunció la apertura de una investigación interna a fin de determinar responsabilidades y adoptar medidas disciplinarias.
También, según fuentes de derechos humanos, el general John Griffiths Spielman, de la VI División de Ejército, expresó su intención de reunirse con dirigentes de la Afdd para pedir disculpas en nombre de la institución.
Gabriela Zuñiga, quien denunció que Ejército «cuenta con una fachada democrática que no es real», instó al gobierno de Michelle Bachelet a acabar con todos los actos que hagan «apología a la dictadura» y a retirar de sus cargos públicos a quienes tengan relación con ella.
«Aquí no puede haber asociaciones que hagan apología de la dictadura, no se puede permitir que hayan servidores públicos que hayan pertenecido a las fuerzas armadas durante la dictadura militar o que hayan sido agentes de la policía secreta del régimen. Esto tiene que acabar», sentenció la representante.