RÍO DE JANEIRO.– El gobierno de Dilma Rousseff anunció un plan de austeridad con profundos recortes de gasto social y aumento de impuestos para intentar cubrir su déficit, mientras enfrenta la crisis que le costó la pérdida del grado de inversión a manos de Standard & Poor’s.
El objetivo es pasar del déficit fiscal de 0,5% a un superávit del 0,7 por ciento en lo que el ministro de Hacienda, Joaquim Levy , definió que, ante la recesión, la séptima economía global «cortará la carne» del gasto estatal.
El plan consiste en postergar ajustes salariales y contrataciones del sector público, eliminar 10 de los 39 ministerios, reducir mil empleos y podar el gasto social en vivienda y salud.
«Tenemos que salir de un déficit de 30.500 millones de reales (USD 8.000 millones) para un superávit de 34.400 millones (USD 9.030 millones). Un valor total de 64.900 millones (USD 17.030 millones). Ese es el valor total de las iniciativas» de corte de gasto y de aumento de recaudación, indicó el ministro de Planificación, Nelson Barbosa, al anunciar las medidas en una rueda de prensa.
«Son reducciones importantes, que involucran a los funcionarios públicos de manera significativa, el funcionamiento de la máquina» del Estado, precisó por su lado el ministro de Hacienda, Joaquim Levy.
El raleo de gastos confeccionado por el equipo económico de la presidente Dilma Rousseff para equilibrar las cuentas incluirá, asimismo, recortes en el sensible terreno de los programas sociales, la marca de fuego del Partido de los Trabajadores (PT) y uno de los pilares del boom brasileño que sacó a 40 millones de personas de la pobreza. (ECHA- Agencias)