LA PAZ (Bolivia).- Las autoridades de Bolivia han alertado de que el país se enfrenta a una grave sequía ante el invierno más caluroso de la historia, con temperaturas que ascienden hasta los 40ºC, y que dejan a la población al borde de la desnutrición aguda crónica y la deshidratación.
El director nacional de epidemiología del Ministerio de Sanidad de Bolivia, Freddy Armijo, ha alertado de que los más vulnerables son los niños y las personas de edad avanzada y ha precisado que la falta de agua potable obliga a buscar «cualquier tipo de líquido, lo que deriva en enfermedades estomacales».
«Incluso el agua de los pozos puede tener contaminación y es un riesgo para la salud», ha señalado antes de recordar que el país es enfrenta a una dura sequía por segundo año consecutivo.
En este sentido, ha lamentado que la falta de acceso al agua potable repercute «negativamente en los hábitos básicos de higiene, como el lavado de manos, fundamental para prevenir diarreas y otras enfermedades contagiosas». «No se lavan debidamente las manos y tampoco los alimentos antes de ingerirlos porque no hay agua», ha aseverado, según informaciones del diario Los Tiempos.
El experto en epidemiología Yercin Mamani ha dicho que han identificado problemas a corto plazo, como el aumento de enfermedades contagiosas y desnutrición aguda, entre otros. A medio y largo plazo, por otra parte, se han producido brotes epidémicos de enfermedades transmitidas por vectores, desnutrición crónica y enfermedades degenerativas, tal y como ha explicado.
«También hay afección a la salud mental debido al estrés que genera en la población la falta de alimentos asociada a las sequías de larga duración», ha precisado al referirse a una situación que afecta a siete de cada nueve departamentos del país latinoamericano.
Para la coordinadora de la estrategia de cambio climático del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Bolivia, Fabiola Ríos, uno de los principales impactos sobre los niños es la desnutrición dado que en los momentos de sequía «no hay acceso al agua segura y, además, las familias pierden su producción». «Pierden sus medios de vida y las capacidades de una seguridad alimentaria en las diferentes etapas de los niños», ha aseverado.
Las regiones de Potosí y Oruro son las más afectadas por el momento, mientras que otros departamentos, como Chuquisaca y Cochabamba, han declarado la emergencia por los efectos de la sequía. Uno de los municipios más afectados es, precisamente, el de Potosí, donde se ha procedido a racionar el agua y la distribución de la misma en camiones cisternas de acuerdo con un programa establecido.
La disminución del caudal de las presas de Potosí obligó a la Administración Autónoma para Obras Sanitarias (Aapos) a racionar el agua, por lo que los vecinos improvisan recipientes para acumular el líquido, no siempre en las mejores condiciones.
Este racionamiento ha afectado a la salud de los habitantes de la zona, especialmente a los menores, tal y como señala el jefe de la Unidad de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Potosí, Huáscar Alarcón, que ha detectado un incremento de las infecciones gastrointestinales en niños menores de nueve años, fundamentalmente.
«Vamos a tener problemas en las unidades educativas porque el calor y la escasez de agua están acelerando la proliferación de muchas bacterias, parásitos y virus y, por ende, hay más casos de diarrea», ha explicado.
La situación es similar en Chuquisaca, donde el Sedes ha advertido del riesgo de contraer enfermedades diarreicas mientras continúa la sequía en el país. Un total de 24 de 29 municipios del departamento registran escasez de agua para el consumo humano y animal.
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Fuente Europa Press / foto Twitter