La selección peruana luego del partido contra Chile en Santiago donde perdió por 2-0 entrenó al día siguiente en el estadio de la Universidad Católica en San Carlos de Apoquindo. Lo tenía planeado Juan Reynoso para darle descanso a los jugadores luego del encuentro ante los sureños.
El mismo viernes el grueso del plantel retornó a Lima en horas de la noche y sucedió algo que no pasó desapercibido para los pocos hinchas al observar un fuerte cordón policial.
“No habían ni cuatro hinchas en las afueras del hotel de San Isidro, quienes tropezar con doble cordón policial, rejas y trancas para que no tuvieran modo de acercarse a los jugadores”, señaló un periodista que estuvo comisionado para estar en el retorno del equipo.
Un enorme bus de la Policial Nacional colocado en el frontis del hotel impedía la visualización de la llegada de los jugadores aparte de una treintena de efectivos colocados estratégicamente daban indicaciones que se colocaran en el otro extremo de la calle.
Reynoso tiene como costumbre impedir que los intrusos se acerquen a los entrenamientos, tal como ocurre en la Videna donde ordenó el levantamiento de una enorme cortina negra que no deja que los dueños de los edificios aledaños puedan observar las prácticas.
“Ni siquiera el campeón del mundo toma estas medidas tan exageradas”, comentó uno de los cuatro hinchas que estuvo en el retorno de la delegación peruana a su arribo de Santiago de Chile.